Seúl, el "gracias" de la Iglesia mongol a los hermanos coreanos
de Joseph Yun Li-sun
El Prefecto apostólico de Ulaanbaatar, mons. Wenceslao Padilla, visitó Corea del Sur para buscar fondos destinados a las escuelas católicas de Mongolia. "No puedo imaginarme como habríamos hecho sin la ayuda de los fieles de aquí". El arzobispo de Seúl: "hemos recibido tanto en el pasado, es el momento de repagar. Haremos de todo para difundir el Evangelio de vuestro País".

Seúl (AsiaNews)- La misión católica en Mongolia "no puede hacer todo sola. Sin la ayuda de las organizaciones externas no estarían en grado de tener vivo nuestro esfuerzo misionero. Tenemos necesidad de ayuda, y la Iglesia coreana siempre estuvo en primera línea. No puedo ni siquiera pensar cómo hubiéramos hecho sin ustedes". Con estas palabras mons. Wenceslao padilla, Prefecto apostólico de Ulaanbaatar, concluyó su visita a la arquidiócesis de Seúl.

El encuentro del prelado con la Iglesia representa la última etapa de un viaje organizado para conseguir fondos destinados a ayudar a las escuelas católicas de Mongolia, la más joven de las Iglesias asiáticas, nacida apenas hace 20 años y cuenta con unos 800 fieles. "Cuando llegué no había iglesias y no había católicos. Hemos enfrentado muchos desafíos pero la financiaría es la peor. Nuestros fieles no pueden donar mucho y no tenemos actividades comerciales".

Más allá de la economía hay también un problema cultural: "Luego de tantos años tengo problemas con la lengua mongol y como tantos misioneros que viven y trabajan en el País. También quiero recordar que el cristianismo fue una novedad absoluta para los mongoles, que jamás lo han conocido. Sin embargo y no obstante todos los desafíos, la esperanza está puesta en el trabajo misionero y en la colaboración con los locales".

Hablando con el arzobispo de la capital, mons. Andrea Yeom Soo-jung, agregó: "gracias por la ayuda de la Iglesia coreana, siempre en primer línea en el sustentamiento económico y por el envío de tantos misioneros. No puedo imaginar cómo podría haber nacido la Iglesia mongol sin vuestra ayuda".

Por su parte, mons. Yeom respondió: "La misión en Corea fue posible gracias a la ayuda de otras naciones y fueron muchas. Llegó el momento de repagar y hacer en modo que la gracia del Señor llegue a todos. Consideramos a los católicos mongoles nuestros hermanos y haremos de todo para ayudar en la difusión del Evangelio en vuestro País".

(Ha colaborado Stephany Sun, del secretariado social de la arquidiócesis)