Víctimas de la guerra civil. El gobierno debe decirnos de nuestros familiares secuestrados por el ejército
de Melani Manel Perera
Durante el encuentro de líderes del Commonwealth (Chogm, 15-17 de noviembre), centenares de srilaquenses del norte y del sur se han encontrado con periodistas para contarles su drama. Durante el conflicto maridos e hijos han sido llevados en furgones blancos y no han vuelto a retornar a casa. "El presidente sabe la verdad"

Colombo (AsiaNews) - la policía, las fuerzas armadas y el presidente de Sri Lanka saben bien que ha sido de nuestros familiares. Por esto exigimos que el gobierno nos diga dónde están. No cejaremos hasta no saber la verdad". Es el llamado lanzado por centenares de personas - sobre todo mujeres- originarias del norte y del este de Sri Lanka, que durante la  guerra civil han visto desaparecer hijos y maridos. Aprovechando la Commonwealth Heads of Government Meeting (Chogm) reunida en Colombo el día anterior, estas víctimas del conflicto han contado su drama a muchos de los periodistas extranjeros llegados al país para seguir el encuentro.

La historia de estas familias son demasiado similares. De improviso, maridos o hijos han sido llevados en una furgoneta blanca por agentes en servicio y no, en el corazón de la noche o a pleno día. En general, la excusa era un breve interrogatorio: pero ninguno ha retornado a casa. Los funcionarios gubernamentales ignoran los llamados de los seres queridos, o mientes sobre la suerte corrida por los desaparecidos.

Kanagasingham Sivajini, mujer de 37 años originaria de  Trincomalee (Eastern Province) no ve a su marido desde hace 5 años. "El desapareció - cuenta a AsiaNews- el 17 de junio de 2008. Era una persona amable, también con el ejército. Aquella noche algunos militares han irrumpido en nuestra casa, rompiendo una ventana. Han arrastrado a mi marido por dos kilómetros: junto con dos hijos lo hemos seguido, pero cuando han entrado a la selva nos hemos detenido. Hemos demandado que lo dejen ir, los soldados nos dicen que a la mañana habrá vuelto a casa. Nunca más lo hemos visto".

K. Palaninaadan es un padre de 65 años: "Mi hijo tenía sólo 15 años y fue llevado por los militares. Iba de pesca con cinco amigos. Algunos ancianos de nuestra villa han presenciado su secuestro, han intentado detener a los soldados, pero estos los han amenazado de muerte según aseveran algunos que nos han contado del incidente".

Tenemos una única gran demanda - añade el hombre- para hacer al presidente: ¿por qué permanece en silencio y afirma no saber, mientras nosotros sabemos de todos estos incidentes? Somos muchos testigos oculares de estas ´desapariciones forzadas".