Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Jesús comenzó su misión, partiendo desde Galilea, "un suburbio", y eligió como sus discípulos a gente de "bajo perfil", "nos enseña que nadie está excluido de la salvación de Dios, en efecto, Dios prefiere partir de la periferia, de los últimos, para llegar a todo el mundo". Esta fue la reflexión del Ángelus del Papa sobre el Evangelio de este domingo que relata el comienzo de la vida pública de Jesús en los pueblos y aldeas de Galilea.
Desde Galilea hasta el Lejano Oriente, ya que al final de la oración mariana, el Papa Francisc0 dijo que "en los próximos días, millones de personas que viven en el Lejano Oriente o dispersos en diversas partes del mundo, incluyendo el chino, coreano y vietnamita, celebran el Año Nuevo Lunar. A todos ellos A todos ellos les deseo una vida llena de alegría y esperanza. El anhelo imborrable por la fraternidad, que habita en sus corazones, en la intimidad de la familia tiene un lugar privilegiado en el que se puede descubrir, educada y cumplida. Esta será una valiosa contribución a la construcción de un mundo más humano, donde la paz reine".
Antes de pensar en el nuevo año lunar ante las 50 mil personas presentes en la
Plaza de San Pedro, el Papa recordó que "el Evangelio de este domingo
narra el comienzo de la vida pública de Jesús en los pueblos y aldeas de
Galilea". "Es una
frontera terrestre, una zona de tránsito donde se reúnen personas de diferente
raza, cultura y religión. La Galilea se convierte en el lugar simbólico
para la apertura del Evangelio a todos los pueblos. Desde este punto de
vista, se parece a Galilea el mundo de hoy: la coexistencia de diferentes
culturas, la necesidad de la confrontación y la necesidad de
cumplir. También estamos inmersos cada día en una "Galilea de los
gentiles", y en este contexto, nos podemos asustarnos y ceder a la
tentación de construir cercas para estar más seguros. Pero Jesús nos
enseña que las buenas nuevas de que Él trae, no se limitan a una parte de la
humanidad, sino que son para todo el mundo. Es una buena noticia no sólo
para todos aquellos que están esperando por Él, sino también a aquellos que
quizás no esperan nada y ni siquiera tienen la fuerza para buscar y preguntar".
A partir de Galilea, Jesús nos enseña que nadie está excluido de la salvación de Dios, en efecto, que Dios prefiere que empezar desde la periferia, desde el más pequeño, para llegar a todos. Enseña un método, su método, pero expresa el contenido, es decir, la misericordia del Padre. "Cada cristiano y cada comunidad podrán discernir cuál es el camino que el Señor nos pide, pero todos estamos invitados a aceptar esta llamada. Al salir de su comodidad y tener el coraje de llegar a todos los barrios que necesitan la luz del Evangelio " (Exhortación apostólica Evangelii gaudium, 20). Jesús comienza su misión no sólo de un lugar descentralizado, sino también por los hombres que se diría de "perfil bajo". Para elegir sus futuros apóstoles y los primeros discípulos, no se dirige a las escuelas de los escribas y doctores de la ley, sino a los humildes y gente sencilla, que se están preparando duro para la venida del Reino de Dios. Jesús va a llamar a los que trabajan en la orilla del lago: son pescadores. Él los llamó, y ellos le siguen inmediatamente. Dejan sus redes y se van con él, sus vidas se convierten en aventura extraordinaria y fascinante".
"¡El Señor está llamando hoy! El Señor pasa por las
calles de nuestra vida cotidiana. Incluso hoy en día, en este momento,
aquí, el Señor pasó por la plaza. Él nos llama a ir con él, con él a
trabajar por el Reino de Dios, en la "Galilea" de nuestros tiempos...
Y si alguno de ustedes siente que el Señor dice: "sígueme" sea
valiente, vaya con el Señor. El Señor nunca decepciona... ¡Dejemos
que caiga su mirada, su voz, y sigámoslo! Para que el gozo del Evangelio llegue
hasta los confines de la tierra y ninguna periferia esté desprovisto de su
luz".
Numerosos, después del Ángelus, los pensamientos que el Papa dedicó a varias realidades, tales como Ucrania, que dijo estaba cerca en la oración especialmente a aquellos "que perdieron sus vidas en estos días y sus familias. Espero - agrego - que se desarrolle un diálogo constructivo entre las instituciones y la sociedad civil, evitando el recurso de las acciones violentas, prevaleciendo en cada corazón el espíritu de la paz y la búsqueda del bien común!".
El Papa también recordó hoy que "hoy estamos celebrando el Día Mundial de la Lepra. Esta enfermedad, aunque en declive, por desgracia, aún afecta a muchas personas en condiciones de pobreza severa. Es importante mantener viva la solidaridad con estos hermanos y hermanas. Le aseguramos nuestra oración, y también oramos por todos aquellos que se preocupan por ellos y, en muchos aspectos, se han comprometido a derrotar esta enfermedad".
Un pensamiento, finalmente, a Coco Campolongo, el niño que fue asesinado y
quemado en un coche. "Oremos - dijo - por Coco que está definitivamente en
el cielo con Jesús y por esas personas que han cometido este crimen, para que
se arrepientan y se conviertan".
El encuentro con el Papa concluyó con dos muchachos de la Acción Católica de
Roma, que, como todos los años, en la conclusión de la "Caravana de la
Paz" han leído un mensaje y lanzado dos palomas blancas.