El catolicismo, clave para la democracia de Corea
de Andrei Lankov*
Uno de los más conocidos y expertos del mundo de la península coreana analiza el impacto de la Iglesia en el movimiento democrático y en la protección de los derechos de los trabajadores en Corea del Sur. Si bien admitiendo que tiene "una mirada crítica" hacia le catolicismo, concluye su análisis así: "no pudiendo hacer otra cosa que alabar a los católicos por su rol en el desarrollo del País".

Seúl (AsiaNews/Rfa)- El anuncio de una posible visita del Papa Francisco a Seúl y el nombramiento como cardenal al arzobispo de la capital, mons. Andrea Yeom Soo-jung, han hecho crecer el interés de Corea del Sur en relación con el catolicismo. Por hoy sólo el 10% de la población es de fe católica, sin embargo los católicos tienen un significativo impacto en la vida social, política y cultural del País.

Los nord-coreanos piensan desde hace mucho tiempo que el catolicismo y todas las otras religiones sean el "opio" ideológico y por consecuencia sean anti-socialistas: la propaganda de Corea del Norte sostiene constantemente que la religión sea un instrumento ideológico usado por las clases sociales superiores para motivos malvados. Sin embargo, una visión objetiva de la religión demuestra rápidamente que estas afirmaciones no tienen ningún fundamento. 

Personalmente no creo en ninguna religión y tengo una visión más bien crítica sobre el catolicismo y sobre las otras creencias. Dicho esto, no niego que la religión pueda jugar un rol muy importante en la vida de las personas.

Conexiones con una cultura extranjera

Una rápida mirada a la historia de Corea, muestra en seguida que el interés dirigido por los coreanos hacia el cristianismo puede estar conectado en manera directa con el propio interés por la cultura extranjera y por la moderna tecnología científica. El catolicismo inicia a difundirse en Corea hacia fines del S. XVIII, durante la era Chosun.

En esa época, las personas interesadas por el catolicismo eran por lo general aquellos que podían ler los textos religiosos, como la Biblia y textos de física, geografía y sobre el mundo externo. Los miembros liberales de las clases pudientes, los yangban, representan juntos a sus afines la gran mayoría de los fieles católicos del período. La mayoría de los nod-coreanos no lo sabe, pero muchos fundadores del movimiento comunista de Corea del Norte, como Kim Il-sung eran hijos e hijas de fieles católicos o protestantes.

Obviamente había muchos católicos y muchos protestantes también en el Movimiento por la Independencia de Corea. An Jung-geun, famoso combatiente por la libertad, era católico. Entre aquellos que han guiado las revueltas del 3 de marzo de 1919, había muchos fieles del Donghsk" (las "enseñanzas orientales", ndt), pero muchísimos otros eran cristianos.

Después de la toma del poder por parte de un gobierno autoritario de estilo sovipetico, la mayoría de los católicos y de los protestantes partieron de Corea del Norte. El gobierno nord-coreano sostiene que en este momento hayan católicos que viven en el País. Y una iglesia católica fue abierta en Pyongyang en los inicios de os años 80 del S. XX, pero que las misas que se celebran allí no son otra cosa que un ritual político.

¿Una amenaza al poder?

El gobierno nord-coreano suprimió el catolicismo porque éste amenazaba al monopolio político sobre el País, detenido por la ideología Juche (ideada por Kim Il-sung, predica la autarquía total del País, ndt). Además, la historia de Corea del Sur demuestra que las fuerzas religiosas son un elemento clave en el proceso de democratización.

Los media nord-coreanos sostienen que el catolicismo y las otras religiones son anti socialistas, pero durante la dictadura militar en Corea del Sur, los católicos han ayudado al movimiento democrático y a los sindicatos. Muchísimos trabajadores en paro y manifestantes pro-democracia se escondieron en las iglesias, donde encontraron refugio, para evitar ser capturados por la policía.

A los nord-coreanos podrí resultar difícil creer, pero muchas veces la policía sud-coreana sabía bien donde estaban escondidas estas personas: sin embargo no podían entrar en el terreno de la iglesia para arrestarlos. Kim Sou-hwan, el cardenal católico de ese período, fue un ardiente sostenedor del movimiento democrático.

Si bien no creo en ninguna religión, no me queda otra elección sino aquella de alabar a los católicos de Corea del Sur  por su positivo impacto histórico en la historia de esta nación.

*Profesor en la Universidad Kookmin de Seúl, es un histórico de nacionalidad rusa y uno de los mayores expertos en Corea de Nord en el mundo