Túnez, la nueva Constitución entra en vigor, la más moderna entre los países árabes
El nuevo texto no pone el Islam como la religión del Estado, excluye la sharia, garantiza la libertad religiosa y sobre todo la libertad de conciencia (posibilidad de la conversión de una religión a otra); protege las cosas sagradas, pero prohíbe las acusaciones de apostasía. Igualdad da derechos para todos los ciudadanos, hombres y mujeres. La elaboración de la tradición secular y el mundo árabe- islámico no es fácil

Túnez (Asianews) - A partir de ayer, la nueva Constitución de Túnez entró en vigor. Ella había sido aprobada el pasado fin de enero, casi tres años después de los acontecimientos que llevaron a la primavera árabe y la caída del dictador Zine El Abidine Ben Ali. El nuevo texto, que ha absorbido dos años de trabajo de la Asamblea Constituyente, es visto como uno de los más modernos en el mundo árabe, tratando de armonizar una tradición secular, presente desde hace tiempo en el país, y los elementos árabe-islámicos.

Desde ayer por la tarde todas las librerías están vendiendo copias del texto publicado por la editora del estado en un elegante y pequeño libro rojo.

La síntesis entre las dos corrientes - seculares e islámicos - ha sido difícil, especialmente en el preámbulo y en algunos artículos. En el preámbulo, Túnez dice que está inspirada en la Declaración Universal de Derechos Humanos y de la tradición árabe- islámica.

Un dato importante: incluso diciendo que la religión del país es el Islam (que es el 98 % de la población), esto no se define como una religión de Estado, ni como una fuente de derecho, lo que excluye de la ley sharia.

Un hecho aún más importante es el artículo 6: "El Estado protege a la religión, garantiza la libertad de la fe, de conciencia y práctica religiosa".  Esto significa que no sólo defiende la práctica de la adoración y de la práctica religiosa - como antes - pero también defiende la posibilidad de que una persona puede cambiar de religión en conciencia: este elemento en un país árabe - de una mayoría musulmana - es realmente una conquista de la Primavera Árabe.

Además, el art. 6 pasa a decir que el Estado "protege las cosas sagrados", pero al mismo tiempo "prohíbe las acusaciones de apostasía (takfir) y la incitación al odio y la violencia".

La Constitución garantiza a todos los ciudadanos los mismos derechos y responsabilidades y establece la perfecta igualdad entre hombres y mujeres.

Para evitar el robo y la corrupción, como en los tiempos de Ben Ali el texto requiere que todos los políticos declaren públicamente sus riquezas y posesiones (ver art. 11).

Según algunos analistas, la síntesis entre elementos islámicos y laicas parten de las contradicciones internas que tarde o temprano surgen en la sociedad. De hecho, el texto de la nueva constitución fue construido pieza por pieza, con grandes debates y oposición a veces violenta entre laicos y la mayoría islamista  del Ennahda.

Sin embargo, la población en general parece contenta con el resultado y por días se celebra la nueva constitución con fiestas en los barrios en las que participan los musulmanes fundamentalistas y laicos, todos unidos por la "identidad tunecina".