Obispo de Niigata: No olvidemos el sufrimiento de Fukushima, basta con lo nuclear
El obispo tomó parte en la reunión dedicada a la reconstrucción y el apoyo a los supervivientes del gran terremoto de 2011. La zona de Sendai "está devastada. Allá las personas han sido privadas de la vida ordinaria, y para muchos de ellos será imposible recuperarla. La mayoría de la población no se preocupa más de las luchas diarias de la gente de Fukushima. Pero incluso si no somos directamente responsables del desastre, tenemos la responsabilidad de tomar nuevas decisiones sobre el tema".

Niigata (AsiaNews) -  Aunque muchos en la sociedad e incluso de la misma Iglesia en Japón, tienen diferentes puntos de vista sobre el uso de la energía nuclear, "el punto está claro. Venga y vea por usted mismo lo que sucedió en Fukushima. Venga a ver la realidad. Allá las personas han sido privadas de la vida ordinaria, y para muchos de ellos será imposible recuperarla. A la mayoría de la población no le importa la mayor parte de las luchas diarias de la gente de Fukushima. Pero incluso si no somos directamente responsables del desastre, tenemos la responsabilidad de tomar nuevas decisiones sobre el tema". Lo dice el Obispo de Niigata, Mons. Tarcisio Isao Kikuchi, después de la visita que realizó a las zonas afectadas por el desastre nuclear, junto con los jefes de las oficinas diocesanas después de la reconstrucción.

La reunión se llevó a cabo del 24 al 26 de junio en la iglesia católica en Koriyama en la prefectura de Fukushima. Había más de 70 personas involucradas en diversas formas en el apoyo a la población y la reconstrucción en áreas de la diócesis de Sendai afectada por el gran terremoto de 2011, que causó una fuga en los reactores de la central nuclear de locales, causando un desastre sin precedentes. El grupo pudo visitar las zonas donde son acogidos en forma temporal quienes han escapado a la radiación y las zonas afectadas por el desastre. Aunque las autoridades locales se están preparando para volver a las zonas abiertas, no tienen ninguna certeza sobre el hecho de que la gente vaya a vivir allí.

En la mañana del jueves 26, dijo mons. Kikuchi, "nos reunimos en la iglesia Koriyama ocho personas que trabajan en la zona con los evacuados. Son tantas historias diferentes... incluso si el programa de rehabilitación avanza lentamente, el pueblo de Iwate y Miyagi alimenta al menos algo de esperanza para el futuro. .. Pero los de Fukushima tienen enormes dificultades para esperar. Esta no es, sin embargo, una cuestión limitada sólo a esta prefectura. Es un tema que afecta a todo el Japón: no hay que olvidar el sufrimiento de las familias rotas, los amigos separados... Y todo esto ¿para qué? ".