Urumqi (AsiaNews)- La policía china respondió a un presunto ataque terrorista contra los edificios del gobierno matando e hiriendo a decenas de personas- de etnia uighura y han- en la remota provincia de Xinjiang. La operación sucedió ayer por la mañana, pero los medios del Estado dieron la noticia solamente en la noche tarde. Según la reconstrucción de la Xinhua, un grupo de asaltantes "armados de cuchillos y hachas" atacó a la oficina del gobierno y a la comisaría de la policía de Elixku, en el condado de Shache. Otro grupo habría atacado contemporáneamente a los habitantes de la ciudad de Huangdi, cerca de Elixhu.
La policía local declaró que "disparó y mató decenas de asaltantes" en lo que definió como "un ataque terrorista premeditado y organizado". En el curso de las violencias 6 automóviles fueron incendiados y otros 25 son casi del todo destruidos. Las autoridades no han dado datos relativos al número de víctimas o heridos, y han acusado a la minoría uighura- turcófona y de religión islámica- por lo sucedido.
Dilxat Raxit, vocero del Congreso mundial de los uighuros, con base en Alemania, sostiene que más de 20 uighuros fueron asesinados por la policía, mientras que otros 10 fueron heridos en modo grave. Los agentes muertos o heridos serían 13, mientras que "unas 67 personas" fueron arrestadas después del ataque.
La región de Xinjiang es una de las más turbulentas de toda China: aquí vive la etnia uighura, unos 9 millones de personas turcófonas y de religión islámica, que siempre ha tratado de obtener la independencia o una discreta autonomía de Beijing. El gobierno central, por su parte, envió a la zona centenares de miles de chinos de etnia han para tratar de hacerla la etnia dominante. Además impone muchas restricciones a la libertad religiosa y a las prácticas musulmanas, a la enseñanza de la lengua y de la cultura local.
Desde el 2009 está en acto un régimen especial de control por parte de la policía y el ejército chino, impuesto por Beijing después de los encuentros en los cuales 200 personas perdieron la vida . A continuación de estas violencias, fueron aplicadas centenares de condenas a penas de detención y decenas de condenas a muerte. Las autoridades chinas consideran que los responsables de las violencias sean los extremistas musulmanes, pero los exilados sostienen que Beijing "exagera" la amenaza de terrorismo islámico para justificar la represión contra la población uighura.
En los últimos meses, sin embargo, se intensificaron un ataque contra la estación ferroviaria de Kunming realizado con hombres armados de cuchillos que provocó 29 muertos y más de 150 heridos ; el 28 de octubre, la explosión de un suv en la plaza Tiananmen provocó otras 3 víctimas. Además el 1 de mayo de este año un atentado en la estación ferroviaria de Urumqi capital de Xinjiang- provocó 3 muertos y 79 heridos. La violencia explotó después de la partida de esa zona del presidente Xi Jinping.