Refugiado paquistaní: No nos deporten; si volvemos a casa nos matarán
de Melani Manel Perera
Un pastor protestante lanza un pedido en nombre de decenas de extranjeros que piden asilo político en Sri Lanka. El gobierno ha iniciado las expulsiones, contraviniendo también los llamamientos de la Agencia Onu para los refugiados. Al menos 84 paquistaníes, 71 afganos y 2 iraníes serán deportados.

Colombo (AsiaNews)- "No tenemos intención de quedarnos en Sri Lanka, no vinimos aquí para vivir. Necesitamos de una base para poder recomenzar en otro lado. No podemos vivir en Paquistán: si volvemos atrás, seremos asesinados. Nuestras vidas no están seguras en nuestro País". A través de AsiaNews , un pastor protestante paquistaní de la iglesia Save the Lord´s Sheeps, lanza un pedido, para que el gobierno de Sri Lanka bloquee de una vez por todas las deportaciones de decenas de paquistaníes y afganos que piden asilo político.

Desde el 1 de agosto, el Departamento para la inmigración y la emigración inició las expulsiones de ciudadanos extranjeros. Hasta hoy 88 paquistaníes fueron deportados. Al inicio sólo los hombres eran expulsados, pero en los últimos días enteras familias fueron deportadas a Paquistán. El Alto comisariado Onu para los refugiados (Unhcr) pidió al gobierno frenar las expulsiones, recordando que los miembros de las minorías religiosas en Paquistán pueden necesitar la protección internacional.

En el curso de los meses, las autoridades esrilanqueses han buscado y arrestado a los que pedían asilo, encerrándolos en campos prófugos. Según datos de la oficina local de la Agencia Onu para los refugiados (Unhrc), al menos 157 de los que pedían asilo- entre los cuales 84 paquistaníes, 71 afganos y 2 iraníes- se encuentran en estado de detención.

Uno de estos campos prófugos se encuentra en Boossa. "Estamos y llegamos aquí el pasado febrero-explica el Rev. Paquistaní- ubicándonos en la zona de Moratuwa. Éramos 26, pero ahora muchos hombres fueron llevados al campo de Boossa.

Una señora paquistaní, cuyo marido y tres de sus hijos (de 21, 20 y 18 años) están detenidos en el campo, lo cuenta a AsiaNews: "Nos decían que era un lugar tranquilo, pero allí adentro suceden torturas y agresiones, en particular contra los hombres".