Obispos Kachin: solución "duradera" al conflicto, para una paz "posible" en Myanmar
de Francis Khoo Thwe
Los obispos de Banmaw, Myitkyina y Lashio relanzan el proyecto de un "auténtico federalismo" que respete "etnias, culturas y recursos". Ellos denuncian el tráfico e vidas humanas y el problema de la toxico-dependencia que ha atacado a los jóvenes. Atisbos de un cese del fuego en los coloquios con el gobierno y las milicias étnicas.

Yangon (AsiaNews)- "La paz es posible en este país" y es por esto que el gobierno birmano, ejército y minorías étnicas y grupos rebeldes, en particular en el Estado de Kachin teatro de hace 3 años de una guerra sangrienta, están llamados a encontrar "una solución duradera al conflicto". Es cuánto subrayan los obispos de las diócesis de Banmaw, Myitkyina y Lashio, en una declaración conjunta publicada en acuerdo con representantes Kachin, Shan y los evacuados a causa de la guerra. En la nota, difundida en los días pasados y enviada a AsiaNews, mons Raymond Sumlut Gam, mons. Francis Daw Tang y mons. Philip Zahawng relanzan el proyecto de un "auténtico federalismo" para Myanmar, que asegure el respeto "de pertenencia étnica, de cultura y de recursos" encerrados en el subsuelo.

Myanmar está compuesta por más de 125 etnias, que siempre han tenido problemas de convivencia en modo pacífico, en particular con el gobierno central y su componente en mayoría birmana. En el pasado la junta militar usó el puño de hierro contra los más rebeldes, entre los cuales los kachin en el homónimo territorio en el norte, a lo largo de la frontera con China. Iniciada en junio de 2011, después de una relativa calma, la guerra causó decenas de víctimas civiles y al menos 200 mil evacuados, como lo confirman los obispos en su pedido.

Los prelados recuerdan que fueron testigos directos de los sufrimientos "de nuestro pueblo", de haber visto a "centenares de personas inocentes asesinadas y sepultadas en fosas comunes", miles de refugiados "amontonados en centros de acogida inhumanos". Ellos hablan de "conflicto brutal", que ha infligido pesados "efectos colaterales" a la integridad del territorio y de su pueblo. Entre éstos el "tráfico de vidas humanas", que ha reducido a las mujeres en condiciones de esclavitud y "atrapado" a centenares de jóvenes en la dependencia de las drogas.

Se trata de un "tentativo deliberado" de "destruir a los jóvenes de nuestra tierra", además de "un desposeimiento indiscriminado" de los recursos naturales pertenecientes al pueblo. También la cuestión de las tierras, con las expropiaciones forzadas y la recolocación de enteros pueblos, "puede determinar el futuro de la paz" en la región. Además, ambos frentes- ejército birmano y grupos rebeldes de Kachin Independence Army (Kia)- tiene el deber de "proteger los derechos de base de los civiles" y proceder a la obra de "quitar las minas de los terrenos", pasaje imprescindible para el "retorno" de la población a sus lugares de origen. "La Iglesia reza por una paz duradera- concluyen los 3 prelados en su pedido- y asegura a todos que trabajará con todos los componentes de la sociedad de Myanmar para alcanzar el fin tan deseado"

Mientras tanto toma siempre más cuerpo la posibilidad de un cese del fuego a nivel nacional, al concluir tres días de coloquios que se desarrolló este fin de semana en Yangon, entre los representantes del gobierno de Naypyidaw y los exponentes de las minorías étnicas de Myanmar. Se trató del 5° encuentro oficial entre las dos delegaciones y habría abierto posibilidades importantes para poner fin a los más de 60 años de enfrentamientos y divisiones. Permanecen aún posiciones distantes en lo que se refiere al reclutamiento forzado entre las filas del ejército, pero se notaron pasos en adelante significativos en tema de colocación de los refugiados, estancia de las tropas y la posibilidad de una fuerza conjunta de paz.