Congreso Onu sobre el clima: el cardenal Parolin, imperativo moral en defensa de lo creado
Intervención del Secretario de Estado vaticano en la Onu. El cambio climático presenta aspectos "no sólo científico-ambientales o socio-económicos, sino también y sobre todo ético-morales". "Es necesario dar una respuesta colectiva basada sobre la cultura de la solidaridad, del encuentro y del diálogo". "En la base de cada respuesta política compleja deben ser claras las motivaciones éticas que la orientan. Se trata, ahora, de consolidar una profunda y clarividente reposición de los modelos de desarrollo y de los estilos de vida".

Nueva York (AsiaNews)- El "preocupante fenómeno del cambio climático", presentando aspectos "no sólo científico-ambientales o socio-económicos, sino también y sobre todos ético-morales, visto que incide sobre todos, en particular sobre los más pobres, que están más expuestos a sus efectos", llama en causa "a aquel imperativo moral a obrar que interroga a cada uno de nosotros en lo referente a nuestra responsabilidad de custodiar y valorizar lo creado para el bien de la presente generación, como también para las futuras". Fue una admonición al sentido de responsabilidad de la comunidad internacional y una solicitación para la cultura de la solidaridad, del encuentro y del diálogo la intervención realizada por el cardenal Pietro Parolin, secretario de estado vaticano, al Climate Summit 2014 en el ámbito de la 69° Asamblea General de las Naciones Unidas.

Relevado que el calentamiento del sistema climático es "un problema muy serio que tiene graves consecuencias para los sectores más vulnerables de la sociedad y,  obviamente, para las generaciones futuras", el cardenal Parolin recordó "aquel imperativo oral de obrar que interroga a cada uno de nosotros en relación con nuestra responsabilidad en custodiar y valorizar los creado para el bien de la presente generación, así como para las futuras". "Lo creado no es un a propiedad, de la cual podemos adueñarnos para nuestro placer: Ni tanto menos es una propiedad sólo de algunos, de pocos: lo creado es un don, es un don maravilloso que Dios nos ha dado, para que lo cuidemos y lo utilicemos en beneficio de todos, siempre con gran respeto y agradecimiento". (Papa Francisco audiencia del 21 de mayo de 2014)

Y mientras los estudios demuestran una interdependencia por la cual "no hay fronteras, barreras, muros políticos, dentro de los cuales esconderse para proteger a un mimbro respecto de otro de los efectos de calentamiento global", "demasiado a menudo hemos visto el prevalecer de intereses particulares o de comportamientos llamados "free-riders" sobre el bien común; demasiado a menudo también hemos registrado una cierta desconfianza o falta de confianza por parte de los Estados, así como de los otros actores participantes. Sin embargo, si queremos realmente ser eficaces, es necesario actuar o dar una respuesta colectiva basada en aquella cultura de la solidaridad, del encuentro y del diálogo, que debería estar en la base de las normales interacciones al interno de cada familia y que exige la plena, responsable y comprometida colaboración de parte de todos, según las propias posibilidades y circunstancias".

"Las solas fuerzas de mercado, especialmente si privas de una adecuada orientación ética, pero no pueden resolver las crisis interdependientes concernientes al calentamiento global, la pobreza y la exclusión. El desafío más grande reside en la esfera de valores humanos y de la dignidad humana; cuestiones que tienen que ver con la dignidad humana de los individuos y de los pueblos no pueden ser reducidos a meros problemas técnicos. En este sentido, el cambio climático se convierte en una cuestión de justicia, de respeto de equidad; una cuestión que debe suscitar la conciencia de cada uno de nosotros. A la base de cada respuesta política compleja deben ser calaras las motivaciones éticas que la orientan. Se trata ahora, de consolidar una profunda y clarividente reposición de los modelos de desarrollo y de estilos de vida, para corregir las numerosas disfunciones y distorsiones (Caritas in veritate, n. 32), esto es pedido también por las numerosas crisis que la actual sociedad está viviendo en el ámbito económico, financiero, social, cultural y ético. En tal dirección, es necesaria un auténtico cambio cultural que fortalezca nuestros esfuerzos formativos y educativos, sobre todo en relación con lo creado y de su desarrollo humano integral para todos los pueblos, presentes y futuros". En tal prospectiva, la Santa Sede atribuye gran importancia a la necesidad de difundir una educación a la responsabilidad ambiental que busque también tutelar las condiciones morales para una auténtica ecología humana".

"Enfrentar seriamente el problema del calentamiento global-concluyó el cardenal- requiere no sólo reforzar, profundizar y consolidar el proceso político a nivel global, sino también intensificar el compromiso de todos nosotros hacia una renovación cultural y un redescubrimiento de los valores fundamentales sobre los cuales edificar un mejor futuro para la entera familia humana".