Sínodo: la Iglesia dé "una respuesta adecuada a los tiempos de hoy" a los desafíos puestos a la familia
Quien crea la crisis es "la dictadura del pensamiento único" que tiende a introducir en la sociedad aquellos contra valores de distorsionan la visión del matrimonio como unión entre un hombre y una mujer, el secularismo, la angustia por la falta de un compromiso seguro. "Nadie quiere quitar la indisolubilidad matrimonial", pero "otros insisten sobre un realismo comprensivo, que debe acompañar a los sufrimientos de los otros, aunque nos ensuciemos un poco, porque el maestro Jesús está cerca de todos"

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)_ Frente a los desafíos en los que la familia se encuentra para enfrentar al día de hoy- de la "dictadura del pensamiento único" que trata de introducir en la sociedad aquellos contra valores que distorsionan la visión del matrimonio como unión entre un hombre y una mujer, al secularismo, a la angustia por la falta de un compromiso seguro- la Iglesia debe subrayar la belleza y la necesidad de que cada uno tiene de la familia, porque esa es insustituible y despertar en el hombre el sentido de pertenencia al núcleo familiar. Los "desafíos" a la familia y la respuesta pastoral que a esa la Iglesia debe tratar de dar estuvieron en el centro de los trabajos del Sínodo en la cuarta y quinta congregación general, ayer por la tarde y esta mañana, de las cuales el Vaticano proporcionó una síntesis.

"La Iglesia quiere dar una respuesta adecuada a los tiempos de hoy", abrió los trabajos, hoy el cardenal brasilero Raymundo Damasceno Assis, arzobispo de Aparecida y presidente delegado de turno. "En una Iglesia que el Papa Francisco no excitó en compararla con un hospital de campo después de una batalla, queremos salir como pastores al encuentro de tantas familias en crisis, para dar una respuesta inspirada en el Evangelio de la misericordia". No podemos ignorar tantas situaciones críticas de la vida familiar, debidas ya sea a factores internos que externos".

Es una reflexión a todo campo la que está enfrentando el Sínodo, en la búsqueda de caminos e instrumentos nuevos. Así, ayer hubo una propuesta de pensar en un "Vademécum" dedicado a la catequesis sobre la familia, que pueda reforzar su misión evangelizadora. Y hoy en un encuentro con los periodistas, mons. Víctor Manuel Fernández, rector de la Pontificia Universidad católica argentina y Secretario de la Comisión para el mensaje conclusivo del Sínodo, explicó que si bien se reflexiona sobre cuestiones como la de los Sacramentos a los divorciado vueltos a casar "nadie quiere quitar la indisolubilidad matrimonial, nadie quiere debilitar el vínculo: se quiere que los esposos sean fieles hasta la muerte, este es el ideal, la sociedad necesita de este mensaje, esto es clarísimo, destruiremos lo que está dentro de nosotros. Por lo tanto no debilitar la belleza y la fuerza de este mensaje cristiano. Pero otros insisten sobre un realismo comprensivo, que debe acompañar a los sufrimientos de los otros, aunque nos ensuciemos un poco, porque el maestro Jesús estaba cerca de todos". "También una cuestión como la poligamia-explicó aún mons. Fernández- nosotros no podemos aceptarla por respeto a las mujeres: nosotros no queremos ir para atrás en lo que se refiere a la dignidad de la mujer, pero entendemos las situaciones particulares en las cuales alguno se convierte, y entonces, ¿Qué deben hacer las mujeres? ¿Se deben ir y morirse de hambre?". "Es una situación en la cual la doctrina no puede cambiar jamás, entonces debemos reflexionar".  

En el curso de los trabajos, fue hecho notar el ligamen entre la crisis de fe y la crisis de la familia: la primera genera a la segunda. Esto porque la fe es visto en general como un conjunto de contribuciones doctrinales, mientras que esa es ante todo un acto libre con el cual uno se confía en Dios. Y, además, la debilidad de la fe de muchos bautizados a menudo lleva al matrimonio sin que los cónyuges hayan tenido la justa conciencia.

Fue entonces reafirmada la necesidad de una mayor preparación al matrimonio, también con una atención específica a la educación afectiva y sexual, alentando a una verdadera mística familiar de la sexualidad. Por lo tanto, se recordó la gran contribución de los abuelos en la transmisión de la fe en la familia y, siempre en referencia a los ancianos, fue evidenciado cuánto sea importante que el núcleo familiar acoja con solidaridad, atención y ternura, a las personas de la tercera edad.

El debate se detuvo sobre la Iglesia en Medio Oriente y en África del Norte: ambas viven en contextos políticos, económicos y religiosos difíciles, con graves repercusiones sobre las familias. Allá donde, de hecho, las leyes impiden las reunificaciones familiares, la pobreza empuja a la migración, donde existe el fundamentalismo religioso y los cristianos no tienen paridad de derechos con los ciudadanos musulmanes, se ponen a menudo difíciles problemas para las familias que resultan matrimonios mixtos.

En estos contextos, de hecho, están presentes y en continuo aumento los casos de matrimonios interreligiosos, los así llamados "matrimonios mixtos". El desafío de la Iglesia, entonces es la de entender cuál catequesis se puede ofrecer a los hijos nacidos de tales uniones y cómo se pueda responder a la incógnita de aquellos católicos que, unidos en matrimonio mixto, quieren continuar a practicar su propia fe. Teles cónyuges no pueden ser dejados de lado y la Iglesia debe continuar ocupándose de ellos. Un ulterior desafío está representado también por aquellos cristianos que se convirtieron al islam para casarse: también en este caso, es necesario una reflexión adecuada.

La cuestión no es sólo interreligiosa, sino que alguna vez también ecuménica: hay casos en los cuales. Siendo que un católico contrajo matrimonio canónico no logra obtener la declaración de nulidad, pasa a otra confesión cristiana, casándose nuevamente en una Iglesia que se lo permite. En todo caso, quedando firme el patrimonio de fe compartido, fue también subrayada la necesidad de encaminarse en la vía de la misericordia para las situaciones difíciles.