El gobierno admite: Demasiadas cunas vacías, es necesario un plan para la natalidad
El ejecutivo guiado por Shinzo Abe, presenta la relación sobre la disminución de la población y lanza una alarma: "Si no aumentan los nacimientos, corremos el riesgo de no estar en grado de sostener el plan de seguridad social y sanitario". Propuestos dos paquetes de medidas, a breve y largo plazo, pero son aún vagos las intervenciones precisas en favor de la procreación.

Tokio (AsiaNews)- Después de casi un año del anuncio, el gobierno japonés presentó los objetivos de crecimiento de la población y los programas de apoyo a la natalidad, pero sin agregar o especificar los pasos reales que tratará de adoptar para frenar el derrumbe de la natalidad en el país. En la introducción del documento, de hecho se lee: "No hay medidas decisivas para aumentar las tasas de natalidad y fertilidad. Y no hay medias sorpresivas.

De hecho, se trata más bien de una admisión: "Si no aumentan los nacimientos, la sustentabilidad de Japón está en riesgo. En riesgo el sistema sanitario y el jubilatorio, además de la productividad industrial". Por el momento la tasa de natalidad es de 1,43 (entre las más bajas del mundo): Tokio entiende llevarlo al 1,8 dentro del 2030, con la esperanza que ene l decenio sucesivo llegue al 2,07.

Sin embargo, el ejecutivo subraya que "no quiere interferir" con las elecciones individuales de los propios habitantes: "Casarse o tener un hijo son decisiones basadas en la libre elección del individuo. Como consecuencia, no habrá presiones de ningún tipo sobre estos argumentos". El texto en cambio indica "dos visiones" para enfrentar el problema: la primera es a largo plazo, y prevé medidas como descuentos fiscales para las familias  numerosas; la segunda, que se debería adoptar al máximo dentro del 2020, basada en "acciones concretas".

Sin embargo, el gobierno no aclara la duda sobre cuáles serán las decisiones concretas: "Tenemos que trabajar para evitar la concentración en Tpkio; responder al deseo de los jóvenes, que quieren un trabajo y una familia; enfrentar estos desafíos basándose en las características de cada zona. Pero se necesitará mucho tiempo antes de frenar la disminución de la población".

La Iglesia católica japonesa, trata desde hace tiempo sensibilizar más a los 127 millones de habitantes, La Conferencia episcopal declaró el año 2010 "Año de la vida" y lanzó una serie de iniciativas médicas y sociales a favor de los embarazos. Los resultados no son todavía satisfactorios: muchísimas parejas prefieren esperar más allá del tiempo máximo para tener hijos, privilegiando la carrera. Además existe un alarmante número de suicidios entre los menores y una política demasiado consumista que no dejan esperar bien ni mucho para el futuro.