Bangkok: explotan 2 bombas, un herido. La junta confirma la ley marcial
El atentado sucedió en las cercanías de un lujoso centro comercial de la capital. Para la policía las bombas no trataban de matar, sino que se trató de un "hecho demostrativo". El Primer ministro y líder de los militares Prayuth, anuncia un reforzamiento de las medidas de seguridad. Y asegura la mano dura contra "los que quieren minar el proceso de paz y reformas".

Bangkok (AsiaNews/Agencias)- El líder de la junta militar thai y actual Primer ministro, Prayuth Chan-Ochoa anunció el reforzamiento de las medidas de seguridad en Bangkok, después que ayer por la noche 2 artefactos artesanales explotaron en las cercanías de un lujoso centro comercial de la capital. Las bombas rudimentales, fueron colocadas detrás de un transformador eléctrico cerca del "Siam Paragon shopping mall". En estas horas la policía abrió una encuesta sobre el atentado, que provocó heridas a una persona y que, según las fuentes investigativas, no pretendían matar, sino que serían nada más que "un acto de demostración".

Se trata del primer ataque bomba en Bangkok de cuando el Primer ministro Prayut impuso la ley marcial y subió al poder, en el curso de un golpe blanco sucedido en mayo pasado. Él no excluyó, pero tampoco confirmó, que detrás de las explosiones haya una matriz política y aseguró que hará "de todo para mantener la seguridad".

El ministro del Interior Anupong Paochinda, subrayó que "las bombas no trataban de matar", sino que el objetivo era el de "crear confusión". El primer ministro agregó que esta cuestión confirma "la necesidad aún actual de la ley marcial", porque hay todavía "personas malas que quieren interrumpir la pacificación (social). Debemos encontrar el modo de castigarlos en modo durísimo".

Mientras tanto, el jefe de gobierno y de la junta militar aclaró que no se hablará de nuevas elecciones hasta que las "reformas" (jamás especificadas en detalle) del sistema político no serán puestas en acto y a fondo y no sea ultimado el proceso de reconciliación. Declaraciones que provocaron las críticas de los gobiernos occidentales y de las asociaciones pro-derechos humanos, que hablan de un reforzamiento de la censura y de una sistemática reducción de las libertades personales.

En los días pasados la junta militar thai, impuso la cancelación de un seminario sobre la salud de los medios y de la libertad de prensa en el país, en el contexto de una creciente represión hacia los disidentes y opositores. La censura aparece con toda evidencia como un nuevo ataque de la junta militar contra la oposición y los derechos civiles, después del impeachment y la llevada a juicio a la ex Primer ministro Yingluck Shinawatra y la condena a 2 años de Jatuporn Prompanm, líder de los Camisas rojas.

Desde el 2005, Tailandia es centro de profundos enfrentamientos entre "camisa rojas"- aliados de los Shinawatra, populares en el campo y en la faja débil de la población. Y los "camisas amarillas", representados por los democráticos, apoyados por la clase media y por las elites de la capital, guiados en el Parlamento por el ex Primer minsustro Abhisit Veilaliva. En la primavera del 2010 los choques entre manifestantes y policías han causado un centenar de víctimas, dando inicio a un ´proceso político que llevó a nuevas elecciones y al provisorio retorno al poder de la familia Shinawatra.

En mayo pasado, una nueva intervención del ejército puso fin a meses de estancamiento político y de protestas callejeras, que han causado al menos 27 muertos, determinando la expulsión de la Primer ministro Yingluck Shinawatra, hermana de Thaksin, ganadora de las elecciones con amplio voto popular. Ahora el país está bajo el control de los militares, con el jefe de las Fuerzas Armadas nombrado Primer ministro, con la tarea de "reformar el Estado", si bien se ignoran los contenidos de tal reforma y existe el riesgo de una derivación autoritaria. Fue propio el actual primer ministro quien armó y guio la sanguinaria represión del 2010, pero ningún miembro de las Fuerzas Armadas fue incriminado.