En Vietnam las "esclavas modernas" del sexo, vendidas en China como prostitutas o esposas
de Paul N. Hung

En el 2014 millares de jóvenes han cruzado las fronteras para ser usadas en burdeles o sujetas a matrimonios forzados. Consumismo y materialismo entre las causas de un mercado en crecimiento. Las víctimas provienen en su mayoría de áreas remotas y aisladas; pero con internet y redes sociales son conseguidas también mujeres de clase media. Los católicos en primera fila en defensa de las víctimas.

Ho Chi Minh City (AsiaNews) - En Vietnamita una de las formas modernas de esclavitud mira el tráfico de las mujeres jóvenes, constreñidas a prostituirse en burdeles a lo largo de la frontera con China o vendidas como esposas a hombres ultra fronterizos, por motivos de interés y dinero. En este año la trata de personas en el país asiático ha involucrado mujeres, chicas y jóvenes poco más que niñas, tratadas siempre mas allá de la tragedia de las "nuevas esclavas del sexo". Mientras la Iglesia celebrará el 18 de febrero la primera Jornada de oración y reflexión contra la trata de personas, un estudio de expertos sociales en Ho Chi Minh confirma que "Vietnam es una de las naciones de la región Asia-Pacifico con el mayor número de víctimas del racket del sexo".

Las víctimas de la trata son sobre todo originarias de áreas remotas del Vietnam, provenientes de  y familias pobres y una escasa educación, que terminan en las manos de "rufianes, traficantes y hombres de negocios chinos" que utilizan cualquier medio para "atraerlas y explotarlas". Incluso, a  causa de internet y de la tecnología más moderna de comunicación, ha hecho que terminen en manos de lós traficantes, mujeres de la clase media de la pequeña burguesía.

Grupos de activistas y asociaciones en primera linea en la recuperación de las jóvenes víctimas hablan que "uno de los motivos claves" del crecimiento del fenómeno es el consumismo difuso que permea la sociedad; eso unido al materialismo, acaba por corromper las bases de la estructura moral de la familia vietnamita. Los traficantes atraen a las chicas con la perspectiva de un trabajo, con lo cual contribuye también la necesidad de las familias, pero una vez que cruzan la frontera con la China, acaban en los burdeles o casadas con hombres chinos que las han comprado.

Antes de partir a las jóvenes se les hace firmar un contrato de trabajo ficticio en lengua extranjera (chino u otra) que no son capaces de entender; una vez en manos del presunto empleador, que las usa o revende a mercaderes sin escrúpulos que disfrutan de la incapacidad o complicidad de administradores locales y funcionarios gubernamentales en el control de frontera y combatir el tráfico. En el racket están involucradas también jóvenes vietnamitas o mujeres vietnamitas de origen chino, que escogida su presa, y después de haber logrado la confianza, la convencen de transferirse a una "nueva localidad" para un trabajo que, al cabo de la vuelta, acaba por estar ligado al mundo de la prostitución.

En el 2014 millares de chicas han cruzado la frontera que separa Vietnam y China, para ser reducidas a condición de esclavitud y explotación en el mercado del sexo; sólo en noviembre pasado la policía de la  provincia de Quang Tay y colegas de la provincia de Van Nam han socorrido un centenar de jóvenes vietnamitas, encontradas en condición de semiesclavitud en China. Todavía, permanecen ahora muchas las dificultades - incluso culturales - en la lucha contra la prostitución y el mercado del sexo, como la (errada) equiparación que es "un acto de contrabando y tráfico"; todo esto comporta la falta de reconocimiento de las víctimas y de acciones legales hacia los culpables.

Una situación muy similar se ha registrado también en el 2013 cuando, según fuentes de Hanoi, al menos 972 chicas han sido "comercializadas" en China, de las cuáles 871 son víctimas de la "trata de vidas humanas". Fenómeno que se ha repetido el año pasado: el 14 de diciembre de 2014 la autoridad de Lai Chau, con la colaboración de los guardias fronterizos de Ma Lu Thang, han descubierto y desmantelado una banda dedicada a la trata de personas, procesando 512 personas y condenando a 420 a al menos tres años de prisión. En la trata están también involucrados jóvenes vietnamitas, en particular aquellos residentes en villa a lo largo de la frontera que ven en el comercio de vidas humanas (femeninas) un fácil medio de enriquecimiento. A dos de estos jóvenes, Tao Van Pan del grupo étnico Lu y Lo Thi Con ganaban casi 4 mil dolares por cada chica. El tráfico mira sobre todo jóvenes provenientes de Vietnam pero también no faltan mujeres de Myanmar, Laos, Tailandia y Camboya.

Bui D. Giang, un joven originario de Hanoi, él sólo ha enviado a la prostitución en villas y ciudades chinas de frontera otras 50 chicas de las más apartados grupos étnicos minoritarios. Conocida la noticia, el padre de 52 años Bui D. Tuan ha dicho "no saber" de las actividades del hijo y "del dolor que ha provocado en las víctimas", añadiendo que "nuestra familia está en shock". En la lucha contra la trata de jóvenes mujeres y contra esta forma moderna de esclavitud están los católicos, religiosos y laicos. Un asistente social de Hi Chi Minh City dice a AsiaNews: "Llevamos ayuda y consuelo psicológico a una joven víctima. Ha sido encontrada en un burdel chino vecino a la frontera y enviada a casa. Después de tres años ha acabado de nuevo en China por culpa de un traficante sin escrúpulos, y abusada y humillada en su sexualidad. Sus patrones y torturadores, hombres y mujeres, la han constreñido a prostituirse y ha consumir droga durante encuentros con clientes chinos".