Beijing (AsiaNews)- Las autoridades de la provincia meridional del Fujan han ordenado la evacuación de 14 mil personas de la zona del Gulei, después que en la fábrica de paraxileno de Zhnazhou reinició el fuego por la tercera vez en dos días. Las escuadras de socorro habían declarado que el incendio estaba apagado el 7 de abril pasado, pero las llamas reiniciaron de nuevo durante la noche de ayer, después de una segunda intervención, en la cual resultaron heridas unas 19 personas, habían dado de nuevo la vía libre. Esta noche el incendio reinició con vigor y se propagó en el cuarto lugar de depósito de petróleo de la industria.
Según algunos expertos, el incendio reinicia porque las temperaturas de los líquidos al interior de los lugares de depósito de petróleo- lo primeros en incendiarse- es más alta debido a su alta inflamabilidad: por esto, una vez que las espumas químicas pieden su vigor, el fuego renace. Para tratar de prevenir al menos muertes, el gobierno declaró una “zona de evacuación” en un rayo de 5 km.
Un residente cuenta al South China morning Post, que fue despertado pof el mal olor y la luz de las llamas: “Eran altísimas y muy brillantes, parecía que se estaba quemando el cielo”. “Tenía miedo que pudiese explotar algo, por lo tanto me escapé con mi familia”. Unos 10 mil residentes fueron hospedados en el condado de Zhangpu, los otros en ciudades cercanas.
El paraxileno es uno de los productos más temidos por la población china, que con el tiempo inició a manifestar en las calles para obligar al gobierno a desplazar los establecimientos de su producción. Justamente esta fábrica debía ser construida en Xiamen, siempre en Fujian, pero la imponente manifestación que duró varios días logró que las autoridades pensasen en otra ubicación. Construida en Zhazhou, ya explotó por primera vez hace dos años, sin provocar víctimas. No obstante esto, para el gobierno central, las fábricas químicas “son totalmente seguras”.
Existen serias dudas sobre el impacto ambiental por este nuevo desastre. Las autoridades se apresuraron en declarar que “no hay daños ambientales ni en el ecosistema”, pero los expertos- entre los cuales el director de Greenpeace- consideran que serán necesarios “al menos 6 meses” antes de establecer los daños a la naturaleza y a las faldas acuíferas.