Rakhine: cientos de civiles huyen de la violencia entre soldados birmanos y milicias Arakan
El área es teatro de la violencia sectaria entre budistas y musulmanes rohingya de Birmania. Al menos 300 personas han huido a toda prisa el pueblo de Pyingso, en el oeste de Myanmar. Activistas denuncian la falta de alimentos y los medios de vida de las personas desplazadas. Nuevas nubes en el plan nacional de paz buscada por el gobierno central.

Yangon (AsiaNews / Agencias) - Al menos 300 las personas obligadas a abandonar a toda prisa un pueblo en el oeste de Myanmar, a causa de los enfrentamientos entre las tropas gubernamentales y los grupos étnicos locales. Teatro del nuevo brote de violencia en la antigua Birmania, empeñada en las últimas semanas en el logro de un alto al fuego permanente, el pueblo de Pyimgso en el estado occidental de Rakhine, ya maltratado por la violencia étnica-religiosa entre budistas Arakan y musulmanes Rohingya. Fuentes locales dijeron que han visto combates entre el ejército birmano y milicianos del Ejército de Arakan (AA); un hecho poco habitual en una región donde los conflictos tienen matriz confesional, en lugar de la política como sucede en los Estados de Kachin y Shan.

El presidente del Khume Youth Organization, activo en la zona donde los combates han tenido lugar, informa que muchas personas han huido de sus hogares "por razones de seguridad". Sin embargo, estos nuevos desplazados internos "no tienen suficiente comida, porque ninguna organización quería hacerse cargo de ellos".

Aunque el ejército del Arakan tiene su base en el Estado de Rakhine, sus tropas están luchando principalmente en otras áreas donde hay conflictos entre soldados birmanos y las minorías étnicas, en particular en el norte, en la zona de Kachin, durante mucho tiempo el centro de un conflicto sangriento. Sin embargo, a finales de marzo a abril, el Arakan Army se enfrentaron en tres ocasiones diferentes, con soldados del gobierno cerca de la ciudad de Paletwa. Debido a la violencia, cientos de civiles - por lo menos 500 en la única ciudad de Kyauktaw - se han refugiado en campamentos y se ven obligados a vivir en tiendas de campaña.

El nuevo estallido de violencia en el Estado de Rakhine amenaza con descarrilar el ambicioso plan de paz entre las autoridades centrales y las minorías étnicas, puesto en marcha por el presidente Thein Sein en Naypyidaw y para poner fin a décadas de conflicto sangriento. El objetivo es llegar a una histórica firma antes de las elecciones generales, prevista para finales de este año. En este contexto, primero al 3 de mayo está planeando una cumbre entre los diversos grupos étnicos para discutir un cese al fuego.

Myanmar se compone de más de 135 grupos étnicos, que siempre han luchado para vivir juntos de manera pacífica, en particular con el gobierno central y los componentes de la mayoría birmana. En el pasado, la junta militar ha utilizado el puño de hierro contra los  más desenfrenados, incluyendo el territorio homónimo de Kachin, en el norte, a lo largo de la frontera con China, y más recientemente con los rebeldes Kokang, en el Estado de Shan. Estalló en junio de 2011 después de 17 años de relativa calma, la guerra en el Estado de Kachin que ha causado decenas de muertes de civiles y al menos 200.000 personas desplazadas; en agosto pasado los obispos de la región han lanzado un llamamiento por la paz, en la esperanza de una solución "duradera" al conflicto.