Papa en Bolivia: promover el bien común, respetando los derechos, las religiones y la familia
Que la política no sea dominado por la especulación financiera y no descanse sólo en el paradigma utilitarista y tecnocrático de la máxima producción. "En esta tierra donde la explotación, la codicia, el egoísmo y las múltiples perspectivas sectarias eclipsaron su historia, ahora puede ser el momento de la integración". "El entorno natural y lo social, político y económico están estrechamente relacionados. Esto nos anima a sentar las bases de una ecología integral".

La Paz (AsiaNews) - El bien común, es decir, "aquellas condiciones de la vida social que permiten tanto a los grupos como a los individuos, de conseguir más plena y fácilmente la propia perfección" pide que la política no esté dominado por la especulación financiera y no regida sólo en el paradigma utilitarista y tecnocrático de la producción máxima, que se respeten los derechos humanos y se promueven la cultura y el papel específico de las religiones. Es el mensaje que el Papa dirigió en sus primeros rencuentros en Bolivia, la segunda escala de su viaje a América Latina, a donde llegó ayer por la tarde, saludado por el presidente Evo Morales y más de medio millón de personas.

Bolivia, en palabras de Francisco a su llegada, "está pasando por un momento histórico: la política, el mundo de la cultura, las religiones son parte de este gran desafío de la unidad". Es  un país desde el que se puede conseguir una "nueva síntesis cultural" y que el Papa ve de alguna manera ejemplar, porque "en esta tierra donde la explotación, la codicia, el egoísmo y las múltiples perspectivas sectarias eclipsaron su historia, hoy puede ser el momento de la integración". También país de contrastes, como lo demuestra el Crucifijo sobre un martillo y la hoz (en la foto), singular regalo del presidente al Papa.

Ha mucho elogiado no sólo la belleza del país, sino también su compromiso con la integración de culturas y siguió a la primera parte de la ceremonia de bienvenida luciendo en su cuello un "chumpa', la bolsa de lana utilizada para llevar las hojas de coca, mientras que antes de despedirse y al subir al coche descubierto llevaba un poncho de lana blanca.

Así, en el aeropuerto, en respuesta al presidente Morales, quien lo llamó "el Papa de los pobres", dijo que estaba "Me alegro de estar en este país de singular belleza, bendecido por Dios en sus diversas zonas: el altiplano, los valles, las tierras amazónicas, los desiertos, los incomparables lagos; el preámbulo de su Constitución lo ha acuñado de modo poético: «En tiempos inmemoriales se erigieron montañas, se desplazaron ríos, se formaron lagos. Nuestra amazonía, nuestro chaco, nuestro altiplano y nuestros llanos y valles se cubrieron de verdores y flores», y esto me recuerda que «el mundo es algo más que un problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos con jubilosa alabanza» (Enc. Laudato si’ 12 ). Pero sobre todo, es una tierra bendecida en sus gentes, con su variada realidad cultural y étnica, que constituye una gran riqueza y un llamado permanente al respeto mutuo y al diálogo: pueblos originarios milenarios y pueblos originarios contemporáneos; cuánta alegría nos da saber que el castellano traído a estas tierras hoy convive con 36 idiomas originarios, amalgamándose –como lo hacen en las flores nacionales de kantuta y patujú el rojo y el amarillo– para dar belleza y unidad en lo diverso. En esta tierra y en este pueblo, arraigó con fuerza el anuncio del Evangelio, que a lo largo de los años ha ido iluminando la convivencia, contribuyendo al desarrollo del pueblo y fomentando la cultura. Como huésped y peregrino, vengo para confirmar la fe de los creyentes en Cristo resucitado, para que cuantos creemos en Él, mientras peregrinamos en esta vida, seamos testigos de su amor, fermento de un mundo mejor, y colaboremos en la construcción de una sociedad más justa y solidaria".


"Bolivia está dando pasos importantes para incluir a amplios sectores en la vida económica, social y política del País; cuenta con una Constitución que reconoce los derechos de los individuos, de las minorías, del medio ambiente, y con unas instituciones sensibles a estas realidades. Todo ello requiere un espíritu de colaboración ciudadana, de diálogo y de participación en los individuos y los actores sociales en las cuestiones que interesan a todos. El progreso integral de un pueblo incluye el crecimiento en valores de las personas y la convergencia en ideales comunes que consigan aunar voluntades, sin excluir ni rechazar a nadie. Si el crecimiento es solo material, siempre se corre el riesgo de volver a crear nuevas diferencias, de que la abundancia de unos se construya sobre la escasez de otros. Por eso, además de la transparencia institucional, la cohesión social requiere un esfuerzo en la educación de los ciudadanos".

"En estos días me gustaría alentar la vocación de los discípulos de Cristo a comunicar la alegría del Evangelio, a ser sal de la tierra y luz del mundo. La voz de los Pastores, que tiene que ser profética, habla a la sociedad en nombre de la Iglesia madre –porque la Iglesia es madre– y lo habla desde la opción preferencial y evangélica por los últimos, por los descartados, por los excluidos: ésa es la opción preferencial de la Iglesia. La caridad fraterna, expresión viva del mandamiento nuevo de Jesús, se expresa en programas, obras e instituciones que buscan la promoción integral de la persona, así como el cuidado y la protección de los más vulnerables. No se puede creer en Dios Padre sin ver un hermano en cada persona, y no se puede seguir a Jesús sin entregar la vida por los que Él murió en la cruz".


Significativo, en este sentido, la parada hecha, después de la ceremonia de bienvenida, por Francisco en el sitio del asesinato del padre Luis Espinal, sacerdote jesuita asesinado por escuadrones de la muerte, el 21 de marzo de 1980. El Padre Espinal, dijo el Papa, "hermano Nuestra víctima de intereses que no quieren la lucha por la libertad. El padre Espinal predicó el Evangelio y este Evangelio inquieta y por eso fue asesinado". El padre Espinal, continuó, "ha predicado el evangelio, el evangelio que trae la libertad, la que nos hace libres. Al igual que todo hijo de Dios, Jesús nos da esta libertad y predicó este evangelio".

Por la tarde, una visita de cortesía al presidente Morales y después de la reunión, en la catedral, con las autoridades civiles, presente el mismo Morales, personalidades del mundo de la cultura y el sector del voluntariado y el cuerpo diplomático.

A ellos Francisco ha hablado del bien común, diciendo que estaba "seguro de sus búsquedas de lo bello, lo verdadero, lo bueno en este afán por el bien común. Que este esfuerzo ayude siempre a crecer en un mayor respeto a la persona humana en cuanto tal, con derechos básicos e inalienables ordenados a su desarrollo integral, a la paz social, es decir, la estabilidad y seguridad de un cierto orden, que no se produce sin una atención particular a la justicia distributiva. (cf. Laudato si’ 157). Que la riqueza se distribuya, dicho sencillamente”.


"El entorno natural y el ambiente social, político y económico –ha dicho - están estrechamente relacionados. Nos urge poner las bases de una ecología integral -es problema de salud- una ecología integral que incorpore claramente todas las dimensiones humanas en la resolución de las graves cuestiones socio ambientales de nuestros días… si no los glaciares de esos mismos montes seguirán retrocediendo… y la lógica de la recepción, la conciencia del mundo que queremos dejar a los que nos sucedan, su orientación general, su sentido, sus valores también se derretirán como esos hielos (cf. Laudato si’ 159-160). Y de esto hay que tomar conciencia. Ecología integral - y me arriesgo- supone ecología de la madre tierra, cuidar la madre tierra; ecología humana, cuidarnos entre nosotros; y ecología social, forzada la palabra”.     

“Como todo está relacionado, nos necesitamos unos a otros. Si la política se deja dominar por la especulación financiera o la economía se rige únicamente por el paradigma tecnocrático y utilitarista de la máxima producción, no podrán ni siquiera comprender, y menos aún resolver, los grandes problemas que afectan a la humanidad. Es necesaria también la cultura, de la que forma parte no solo el desarrollo de la capacidad intelectual del ser humano en las ciencias y de la capacidad de generar belleza en las artes, sino también las tradiciones populares locales, eso también es cultura, con su particular sensibilidad al medio de donde han surgido y del que han salido y el medio que le da sentido. Se requiere de igual forma una educación ética y moral, que cultive actitudes de solidaridad y corresponsabilidad entre las personas. Debemos reconocer el papel específico de las religiones en el desarrollo de la cultura y los beneficios que puedan aportar a la sociedad. Los cristianos, en particular, como discípulos de la Buena Noticia, somos portadores de un mensaje de salvación que tiene en sí mismo la capacidad de ennoblecer a las personas, de inspirar grandes ideales capaces de impulsar líneas de acción que vayan más allá del interés individual, posibilitando la capacidad de renuncia en favor de los demás, la sobriedad y las demás virtudes que nos contienen y nos unen. Esas virtudes que en vuestra cultura tan sencillamente se expresan en esos tres mandamientos: no mentir, no robar y no ser flojo”.

“Pero debemos estar alerta pues muy fácilmente nos habituamos al ambiente de inequidad que nos rodea, que nos volvemos insensibles a sus manifestaciones. Y así confundimos sin darnos cuenta el «bien común» con el «bien-estar», y ahí se va resbalando de a poquito, de a poquito, y el ideal del bien común, como que se va perdiendo y termina en el bienestar, sobre todo cuando somos nosotros los que lo disfrutamos y no los otros. El bienestar que se refiere solo a la abundancia material tiende a ser egoísta, tiende a defender los intereses de parte, a no pensar en los demás, y a dejarse llevar por la tentación del consumismo. Así entendido, el bienestar, en vez de ayudar, incuba posibles conflictos y disgregación social; instalado como la perspectiva dominante, genera el mal de la corrupción que cuánto desalienta y tanto mal hace. El bien común, en cambio, es algo más que la suma de intereses individuales; es un pasar de lo que «es mejor para mí» a lo que «es mejor para todos», e incluye todo aquello que da cohesión a un pueblo: metas comunes, valores compartidos, ideales que ayudan a levantar la mirada, más allá de los horizontes particulares”.

“Los diferentes agentes sociales tienen la responsabilidad de contribuir a la construcción de la unidad y el desarrollo de la sociedad. La libertad siempre es el mejor ámbito para que los pensadores, las asociaciones ciudadanas, los medios de comunicación desarrollen su función, con pasión y creatividad, al servicio del bien común. También los cristianos, llamados a ser fermento en el pueblo, aportan su propio mensaje a la sociedad. La luz del Evangelio de Cristo no es propiedad de la Iglesia; ella es su servidora, la Iglesia debe servir al Evangelio de Cristo para que llegue hasta los extremos del mundo. La fe es una luz que no encandila, las ideologías encandilan, la fe no encandila, la fe es una luz que no obnubila, sino que alumbra y guía con respeto la conciencia y la historia de cada persona y de cada convivencia humana. Respeto. El cristianismo ha tenido un papel importante en la formación de la identidad del pueblo boliviano. La libertad religiosa –como es acuñada habitualmente esa expresión en el fuero civil– es quien también nos recuerda que la fe no puede reducirse al ámbito puramente subjetivo. No es una subcultura. Será nuestro desafío alentar y favorecer que germinen la espiritualidad y el compromiso de la fe, el compromiso cristiano en obras sociales, en extender el bien común, a través de las obras sociales”

“Entre los diversos actores sociales, quisiera destacar la familia, amenazada en todas partes, por tantos factores,  por la violencia doméstica, el alcoholismo, el machismo, la drogadicción, la falta de trabajo, la inseguridad ciudadana, el abandono de los ancianos, los niños de la calle y recibiendo pseudo-soluciones desde perspectivas que no son saludables a la familia sino que provienen claramente de colonizaciones ideológicas. Son tantos los problemas sociales que resuelve la familia, y las resuelve en silencio, son tantos, que no promover la familia es dejar desamparados a los más desprotegidos”

“Una nación que busca el bien común no se puede cerrar en sí misma; las redes de relaciones afianzan a las sociedades. El problema de la inmigración en nuestros días nos lo demuestra. El desarrollo de la diplomacia con los países del entorno, que evite los conflictos entre pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los problemas, hoy es indispensable. Y estoy pensando acá en el mar, diálogo, es indispensable. Construir puentes en vez de levantar muros. Construir puentes en vez de levantar muros. Todos los temas, por más espinosos que sean, tienen soluciones compartidas, tienen soluciones razonables, equitativas y duraderas. Y, en todo caso, nunca han de ser motivo de agresividad, rencor o enemistad que agravan más la situación y hacen más difícil su resolución”.

“Bolivia transita un momento histórico: la política, el mundo de la cultura, las religiones son parte de este hermoso desafío de la unidad. En esta tierra donde la explotación, la avaricia y múltiples egoísmos y perspectivas sectarias han dado sombra a su historia, hoy puede ser el tiempo de la integración. Y hay que caminar ese camino. Hoy Bolivia puede «crear, es capaz de crear con su riqueza, nuevas síntesis culturales». ¡Qué hermosos son los países que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes, y que hacen de esa integración un nuevo factor de desarrollo! ¡Qué lindos cuando están llenos de espacios que conectan, relacionan, favorecen el reconocimiento del otro! (cf. Evangelii gaudium 210). Bolivia, en la integración y en su búsqueda de la unidad, está llamada a ser «esa multiforme armonía que atrae» (Evangelii gaudium 117), y que atrae en el camino hacia la consolidación de la patria grande".

 

[TEXTO ORIGINAL DE LAS PALABRAS DEL PAPA EN ESPAÑOL]