Las bolsas de Asia en rojo, temor por el futuro continental
Shanghai cierra operaciones en -4,2%, seguido de Tokio (-2,98) y Seúl (-2.01). Pesan los datos sobre lo manufacturero en Beijing, que se comprime al ritmo más rápido de los últimos seis años. El Dragón quiere cambiar su estructura económica y dejar de depender de las exportaciones, pero el proceso será largo y doloroso.

Beijing (AsiaNews) - Arrastrado por los datos negativos sobre la actividad industrial en China, que cayo por sexto mes consecutivo a ritmo cada vez más veloz, todos los principales mercados asiáticos han cerrado transacciones con signo negativo. La peor es Shanghai, que regresó de una semana negro, y paro en -4.2%; seguida de Tokio (-2,98), Seúl (-2,01) y Hong Kong (-1,53). También pesa el deslizamiento en Wall Street, que en las operaciones del 20 de agosto ha perdido casi dos puntos porcentuales.

Sin embargo China permanece en la mira de los inversores. En Europa se venden las acciones, con las listas de precios a un mínimo del último mes y medio, al final de la sesión también lastrada por la posibilidad de un retorno a las urnas en Grecia. El índice Stoxx 600, canasta representativa de valores del Viejo Continente, ha dejado en el campo cinco puntos porcentuales desde que China devaluó su yuanes, la semana pasada.

Y esto a pesar de que el Banco Central del pueblo chino ha vuelto a introducir liquidez en el mercado: cerca de 19 mil millones de dólares en los bancos comerciales con el refinanciamiento. La desaceleración económica en Beijing también se supervisa muy de cerca por la Reserva Federal, que aún no ha anunciado el aumento previsto de las tasas de interés en Estados Unidos (la primera desde 2006). Esto debe llevarse a cabo el próximo septiembre de 2015.

Los analistas coinciden en que el descenso general de la economía asiática, es consecuencia directa de las operaciones comerciales en China. repetidos colapsos de la Bolsa di Shanghai, la depreciación del yuan, la deflación de la burbuja inmobiliaria, el deslizamiento de las exportaciones de 8,3% en julio cuentan como "signos de una economía cada vez más atascada", según los analistas de Goldman Sachs.

Detrás de este callejón sin salida, advierten los expertos, está el cambio estructural de la economía nacional. Beijing ha dejado claro que este proceso quiere transformar el sistema de comercio de una economía impulsada por las exportaciones a una más vinculada al consumo interno. China, de acuerdo con el vicegobernador del Banco del Pueblo, quiere "dejar de depender de la economía internacional para su crecimiento y para ello ha puesto en marcha una gran cantidad de reformas", todavía en camino de hacerse realidad.

Por ahora, con el colapso de la producción industrial, el verdadero motor de la economía china sigue siendo la inversión, en gran parte del público, que representan todos los años el 52% del PIB. En los primeros siete meses de 2015, la inversión fija creció a su nivel más bajo desde 2000, principalmente a causa de la crisis en el sector inmobiliario. 20% de las nuevas viviendas construidas en China han quedado sin vender, con un impacto negativo inevitable en las ventas de bienes raíces, la disminución durante 13 meses consecutivos.

Problemas también para el empleo doméstico, que en julio - de acuerdo con el Financial Times - registró la primera contracción desde 2012 a pesar de los incentivos introducidos por el gobierno para fortalecer la infraestructura.