HRW contra Riad: la coalición saudita utiliza bombas de racimo en Yemen
Entre abril y julio los saudíes han hecho por lo menos siete ataques con estas armas "de impacto devastador". Los activistas piden el fin inmediato de la utilización de bombas de racimo y de la firma del Tratado para su Prohibición. Bajo la presión de Riad se pospuso "hasta una fecha por definir" la reunión de la Liga Árabe dedicada a la lucha contra el Estado islámico.

Sana'a (AsiaNews / Agencias) - La coalición liderada por Arabia Saudita, comprometida en Yemen en una guerra contra los rebeldes chiitas Houthi, continúa utilizando bombas de racimo que afectan a la población civil, causando muertos y heridos. Esto es lo que los activistas de Human Rights Watch (HRW) denuncian en un informe publicado recientemente que muestra que en al menos siete casos - entre fines de abril y mediados de julio – se usaron estas armas letales. La organización con sede en Nueva York lanza un llamado a Riad, para detener el uso de estas armas "de impacto devastador".

Las bombas de racimo - bombas que contienen un cierto número de sub-municiones, que a menudo permanecen sin explotar en el suelo causando daños en una fecha posterior al lanzamiento - han matado o herido a decenas de civiles. Son siete los casos documentados que afectan a la provincia noroccidental de Hajja.

Ole Solvang, investigador de Human Rights Watch y uno de los editores del informe, dijo que "las fuerzas de la coalición deben suspender inmediatamente el uso de estas armas y firmar el Tratado, que consagra su prohibición". Los activistas han visitado personalmente cuatro sitios que fueron escenario de ataques, encontrando submuniciones sin explotar y otros artefactos relacionados con las bombas de racimo.

Por esto HRW agrega su voz a otras organizaciones no gubernamentales internacionales, pidiendo al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas crear una comisión internacional de investigación para indagar sobre las "graves violaciones" cometidas por las partes en conflicto en Yemen. Las acusaciones se refieren tanto a las fuerzas gubernamentales como a las milicias rebeldes, ambas culpables de graves violaciones de los derechos humanos.

Desde enero del año pasado el país ha sido escenario de un sangriento conflicto interno  que ve confrontar los líderes sunitas, apoyados por Arabia Saudita, y los rebeldes chiitas Houthi, cercanos a Irán. Desde marzo, los sauditas encabezando una coalición, han lanzados ataques aéreos contra los rebeldes. De acuerdo con los informes de las Naciones Unidas, desde el 19 de marzo, el conflicto ha causado la muerte de al menos 4.500 personas - más de mil civiles - y herido a otras 6000. En el contexto del conflicto se han destruido también muchos lugares artísticos de la antigua capital, considerados patrimonio de la Unesco.

Mientras tanto, se ha postergado "hasta una fecha por definir" y a petición de Arabia Saudita, la reunión de la Liga Árabe, que debería haber dado luz verde a una fuerza multinacional regional dedicada a la lucha contra el Estado islámico (EI). Después de cuatro meses, de hecho, Riad - con el apoyo de Bahrein, Kuwait, Qatar, los Emiratos Árabes Unidos e Irak - consiguió el aplazamiento de la reunión final y decisiva.

Los analistas y expertos de política internacional explican esta actitud de "espera", con la lucha por el poder "interno" del gobierno saudí, que se conjuga con los últimos avances del acuerdo nuclear iraní. Para que una coalición regional pueda tener éxito en la lucha contra los yihadistas, añaden los expertos, es necesaria la presencia de los sunitas y los chiítas en la misma y, en consecuencia, el apoyo activo de Teherán y Riad, por supuesto.