Jesuita indio: La Iglesia católica en solidaridad con los 150 millones de trabajadores en huelga contra Modi
El P. Cedric Prakash explica las razones de la huelga general organizada ayer por los 10 sindicatos más grandes. Los manifestantes se oponen a la privatización y liquidación de las empresas públicas. Las empresas con menos de 40 empleados pueden ser excluidas de la protección de las normas laborales. El papel de los sindicatos se reduce al mínimo.

Nueva Delhi (AsiaNews) - "El Gobierno Central de la India encabezada por el BJP [Bharatiya Janata Party, el partido nacionalista hindú - ndr] no está respondiendo a las demandas de los trabajadores. Están propensos a perder sus puestos de trabajo con el nuevo proyecto de ley que se debate en el Parlamento. Las reformas darían lugar a graves injusticias. La Iglesia Católica en la India está en solidaridad con ellos". Así lo afirma el p. Cedric Prakash, jesuita director del centro social Prashant por los derechos humanos, la justicia y la paz en Ahmedabad (Estado indio de Gujarat, al oeste del país), que dijo a AsiaNews de las razones que ayer llevaron a unos 150 millones de trabajadores indios a salir a las calles y llevar a cabo una huelga general de 24 horas. El sacerdote también informó que "en toda la India se produjeron enfrentamientos con la policía. El gobierno no entiende la realidad de los trabajadores en el país".

Ayer los 10 sindicatos más grandes de la India, incluidos los bancos, el transporte y la fabricación, han bloqueado el país, manifestándose contra las políticas económicas propuestas por Narendra Modi, electo el año pasado con la promessa de acelerar el crecimiento y crear nuevos puestos de trabajo. En realidad en el trimestre abril-junio 2015 el crecimiento indio ha cerrado en el 7%, decepcionando las expectativas de las autoridades que preveían al menos 7,5 puntos porcentuales.

"Los trabajadores - dijo el P. Prakash - argumentan que las propuestas del gobierno son demasiado a favor de las grandes empresas y ponen en peligro su futuro, por lo que es más fácil los despidos y el cierre de empresas no productivas". Entre los más cuestionado, de hecho, el cierre de los activos improductivos, y la liquidación de las empresas de propiedad estatal. Los empleados también cuestionan las continuas cesiones y la privatización de empresas públicas implementadas desde Nueva Delhi, mientras que las domesticas y jornaleras piden un aumento en el salario mínimo.

El gobierno central tiene la intención de eliminar de las normas laborales las empresas con menos de 40 empleados. Esto significaría, según los sindicatos, la pérdida de la seguridad en el empleo para millones de empleados. Por último, las nuevas políticas prevén una disminución de la influencia de los sindicatos en las instituciones mineras, manufactureras, construcción y las instituciones de crédito.

El Padre Prakash dice: "La Iglesia Católica de la India considera que los reclamos de los manifestantes son legítimas. Yo no tengo la receta perfecta para garantizar un futuro mejor para los trabajadores. Pero sin duda, la huelga de ayer sirve para recordarle al gobierno que tiene que escucharlos a ellos, antes de implementar cualquier ley que cambia las condiciones de vida actuales".