Londres (AsiaNews) - La visita del presidente chino, Xi Jinping, y su esposa Peng Liyuan en Gran Bretaña tendrá lugar entre ceremonias majestuosas, firma de contratos económicos sustanciosos y silencio frente a las demandas sobre los derechos humanos.
El líder chino y su esposa llegaron ayer y permanecerán en el Reino Unido hasta el 23 de octubre. Es la primera visita luego de la del líder chino Hu Jintao, ocurrida 10 años atrás.
Para la ocasión, los británicos - como afirman los medios de comunicación - han elaborado "la alfombra más roja" para acomodar al máximo representante de la segunda economía mundial, lo hospeda en el Palacio de Buckingham, residencia de la reina Isabel II, que recorrerá en procesión de carruajes, y donde podrán disfrutar de una cena de gala con la familia real y personajes de la economía, la cultura y el entretenimiento. El Príncipe Carlos estará ausente. Los medios británicos dicen que es para no avergonzar al anfitrión, ya que el príncipe es un amigo personal del Dalai Lama. Xi también hablará en las dos cámaras del Parlamento británico en Westminster.
El primer ministro David Cameron ya ha expresado su agradecimiento por la visita, que podría abrir una "nueva era" en las relaciones entre Londres y Beijing, en especial con la firma de los contratos económicos que rondan los 46 millardos de dólares, con inversiones en energía, servicios financieros, industria aeroespacial, las ventas al por menor y mayor y la creación de puestos de trabajo para 3900 británicos. Londres contará con los chinos para construir una nueva central nuclear en el sureste del país. Por encima de todo, Londres es el centro financiero más importante para el comercio en yuanes chinos. Pero Gran Bretaña no es el primer socio de la Unión Europea para la inversión china, dado que hasta ahora ese pusto está en manos de Italia.
El gobierno británico apunta al éxito de la visita y para responder a las críticas de las organizaciones humanitarias y organizaciones no gubernamentales, ha dicho que el líder chino hablará "en privado" de la cuestión de los derechos humanos.
La embajada china en Londres, dijo que "sería mejor" que las cuestiones de derechos humanos no se expresaran en las recepciones públicas.
Mientras tanto, los grupos pro-Tíbet, pro-Falun Gong y los pro-disidentes han estado estacionados en diferentes puntos de la ciudad donde se espera la llegada de Xi. Pero la policía puso vetos: no se puede gritar demasiado y no se pueden utilizar tambores. Por otro lado, los grupos favorables al gobierno chino - cada vez más populares durante las visitas al exterior de los líderes de Pekín - han recibido el permiso para usar tambores a fin de celebrar al ilustre visitante.
Además de las recepciones reales, Xi Jinping, parece haber pedido llevar a cabo alguna acción propia de un "hombre común": viajará al estadio del Manchester United, y con toda probabilidad, tendrá un almuerzo en un pub, donde comerá "fish and chips" (pescado y patatas fritas), un platillo que suele disfrutar cualquier inglés.