​Avión derribado: Moscú amenaza con consecuencias económicas, pero tiene fuertes intereses en Turquía
de Nina Achmatova
Medvedev habló de la posible suspensión de proyectos conjuntos y de la reducción de la participación en el mercado de productos de empresas turcas, pero los intereses rusos en Turquía abarcan desde el gas a la energía nuclear, pasando también por los bancos e Internet.

Moscú (AsiaNews) – El derribamiento del caza ruso S-24 en la frontera de Siria, el 24 de noviembre, amenaza no solamente la ampliación de las relaciones comerciales bilaterales entre Rusia y Turquía (en su última visita a Moscú, Receyyp Erdogan había previsto un aumento del intercambio llegando a 100 millardos de dólares para el año 2023), sino que hace incluso temer una ruptura de las relaciones económicas. La alarma es de la agencia rusa RBC. Especializada en información financiera, ésta intentó hacer las cuentas de cuánto podría costar aplicar una mano de hierro entre Moscú y Ankara, ligadas por estrechas relaciones económico-comerciales. 

Las consecuencias más inmediatas de lo ocurrido pueden darse, por el momento, en el plano económico. Lo ha explicado bien el prémier Dmitri Medvedev: “El daño será difícil de reparar, su primera consecuencia puede ser la cancelación de toda una serie de importantes proyectos conjuntos y la pérdida de posiciones de las empresas turcas en el mercado ruso".

No obstante el Ministro de Relaciones Exteriores, Serghei Lavrov, excluyó que Moscú esté pensando en un boicot de los negocios turcos, el prémier ruso advirtió que se está tomando seriamente en consideración la hipótesis de cancelar algunos proyectos cuya realización está prevista en partnership con Ankara.

La referencia incluye la realización de la primera central nuclear en Turquía, la de di Akkuyu, un proyecto encargado a la rusa Rosatom por un valor de 20 millardos de dólares y sobre el cual, de hecho, ya se ha firmado un contrato que difícilmente pueda anularse. Bajo mayor riesgo está el Turkish Stream, gasoducto aún en obra que está pensado como una alternativa al Russia South Stream, proyecto que fue eliminado tras las objeciones que surgieron en la sede de la UE. 

El primero y más evidente golpe fue dado a la industria del turismo. Turquía es el principal destino del turismo ruso; 3,3 millones de visitantes en el año 2014. En la primera mitad del 2015, poco más de un millón, con un 26%  menos respecto al año anterior, pero con números que estaban destinados a crecer en un 80%, a raíz de la suspensión de los vuelos hacia Egipto, luego de la masacre del Airbus A321 en el Sinaí. 

Rusia es el segundo socio más importante de Turquía en lo que hace al comercio exterior. A su vez, Turquía está en el sexto puesto (quinto en exportaciones y 13ro en importaciones). En el año 2014, el volumen del comercio bilateral alcanzó los 31,1 millardos de dólares, cayendo respecto al 2013. Luego, debido a una serie de factores objetivos (caída de los precios del sector energético, condiciones financieras y económicas desfavorables a nivel mundial), en los primeros nueve meses de este año el volumen disminuyó en un 23,4% (17,7 millardos de dólares). Turquía, no obstante, sigue siendo el segundo país (luego de Alemania) en lo que hace a la adquisición de gas natural, y la cuota que proviene de Rusia es equiparable al 70%.

Pero Turquía es un mercado importante, no solo por Gazprom y por los operadores de turismo, cuya consejo de autoridades ha descartado vender paquetes turísticos a este destino. Se trata de un mercado "estratégico", escribe la agencia RBC, también para el banco Sberbank, que en el año 2012, por un valor de 3,5 millardos de dólares, compró casi el 100% de la turca DenizBank, hoy uno de los diez bancos más importantes en Turquía y líder en el retail.

Desde el 2011 en Turquía trabaja también Yandex, el portal de búsqueda en Internet más popular en Rusia ; la medialuna es el primer mercado en el cual desembarcó la sociedad, fuera de la Comunidad de los Estados Independientes. 

Fuertes intereses rusos están también presentes en el mercado automotriz (con el grupo Gaz del oligarca Oleg Deripaska), en el de las telecomunicaciones y en el sector técnico-militar, no obstante Turquía no representa para Rusia un socio de carácter estratégico en el ámbito de las exportaciones de armamento, como explicó el experto de la Academia Rusa de Ciencias, Aleksandr Vassiliev.