Dos disidentes chinos detenidos en Tailandia fueron repatriados por la fuerza y arrestados
El activista Dong Guangping y el historietista político Jiang Yefei habían sido arrestados por la policía tailandesa por haber inmigrado de forma irregular. Ambos había recibido de la ONU el estatus de refugiados, que no fue reconocido, no obstante, por Bangkok. La policía tailandesa los entregó a Beijing, que inmediatamente los arrestó. Los dos disidentes hace años que estaban bajo la mira de las autoridades chinas, y habían sufrido arrestos y torturas.

Beijing (AsiaNews/Agencia) – Fueron repatriados a China, e inmediatamente enviados a prisión, los dos disidentes detenidos en Tailandia, bajo la acusación de inmigración ilegal. Jiang Yefei y Dong Guanping, miembros del movimiento democrático chino, habían recibido el estatus de refugiados de las Naciones Unidas, pero esto no le impidió a Bangkok devolverlos a su patria, en acuerdo con las autoridades de Beijing. Según fuentes del Procuratorial Daily, “en base a mecanismo de cooperación entre la policía China y la de Tailandia, la tailandesa entregó a los dos hombres a la china el 13 de noviembre pasado”.

Ambos activistas estaban desde hace años bajo la mira de la policía china. Dong Guangping, que había dejado China junto a su familia en el mes de septiembre pasado, transcurrió tres años en la cárcel entre los años 2001 y 2004, por estar acusado de "subversión", y luego "desapareció", estando en realidad detenido en forma secreta durante ocho meses, durante el 2014. Jiang Yefei, dibujante de sátira política, estaba en Tailandia desde el año 2008. En China, sufrió arrestos y torturas por haber criticado al Partido Comunista en relación a la gestión luego del terremoto del Sichuan. En abril pasado recibió el estatus de refugiado, que le otorgó el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

Tres semanas atrás, activistas en favor de los derechos humanos protestaron por la detención de los dos ciudadanos chinos por parte de la policía tailandesa. Según las autoridades, de hecho, ambos se habrían declarado culpables, algo que, según muchos, debieron hacer bajo amenazas, dado que no recibieron ninguna asistencia legal independiente.

Este no se trata del primer episodio de este tipo. A menudo, los disidentes chinos buscan refugio en Tailandia, donde luego son arrestados y devueltos a Beijing. En el pasado reciente, algunos miembros de la Falun Gong, movimiento espiritual considerado ilegal en China y perseguido por Beijing, fueron forzados a firmar un acta de acusación que les fue presentada por la policía tailandesa; luego, ellos fueron trasladados a un área en el norte de Myanmar, en la frontera con China, y desde allí fueron repatriados. Se desconoce cuál fue su suerte. En julio pasado, Tailandia repatrió a China, por la fuerza, a cerca de 100 iughuros, miembros de una minoría que es perseguida por Beijing. 

El gobierno de Bangkok jamás firmó la Convención de los Refugiados de la ONU, y tampoco reconoce el concepto de asilo político. Los refugiados chinos, a quienes les ha sido otorgado el estatus reconocido por la ACNUR, tienen como única opción trasladarse a uno de los 50 países del mundo que sí garantiza acogerlos en su territorio.