Bangladesh: Caritas en auxilio de los enfermos de SIDA, rechazados por la sociedad
de Sumon Corraya
Según la ONU, son 9500 los pacientes seropositivos al virus del SIDA en el país. Cerca de 50 de ellos son católicos. Los enfermos de SIDA padecen el estigma social y son obligados a cambiarse de nombre y a mudarse lejos de sus casas. Caritas Bangladesh brinda asistencia económica y espiritual, dando becas de estudio a los hijos de los más indigentes. Voluntario: “Si el gobierno no permite a los sacerdotes hablar de la enfermedad a las personas, la situación empeorará mucho”.

Dacca (AsiaNews) – Tuve que “dejar mi comunidad, ¡porque me dijeron que estaba enferma a causa de mis pecados! Me miraban de una manera muy negativa, pero yo sé que no tengo la culpa por esta enfermedad. La contraje de mi marido”. Así, Mina Gomes (nombre ficticio) cuenta su elección de cambiar de identidad y de ir a vivir lejos de su pueblo, por estar afectada por el SIDA. Su marido,  trabajador migrante, murió un año después de haberse infectado. El primero de diciembre se celebró la Jornada Mundial contra el SIDA.

Al igual que Mina, son cerca de 50 los católicos bangladesíes afectados por el virus. Caritas Bangladesh se ocupa de su atención. Según el Ministerio de Salud, en el año 2014 eran 3664 los enfermos de SIDA en el país., mientras que, según las estimaciones del Programa para HIV/SIDA de las Naciones Unidas (UNAIDS) las cifras reales se aproximaban a los 9500 casos. Hasta ahora, son 472 los muertos que se ha cobrado la enfermedad.

Edward Pallab Rozario, jefe del proyecto del área de Salud de Caritas Bangladesh, dice: “Lentamente, los pacientes positivos al HIV están aumentando en el país, incluyendo a quienes pertenecen a la comunidad cristiana. La mayor parte de los pacientes, sin embargo, no revela que es positiva” por miedo al estigma social. “En no mucho tiempo  -agrega- la bomba del SIDA podrá explotar y hacer mucho daño a Bangladesh”. La Iglesia católica, agrega Rozario, brinda servicios a los enfermos de HIV desde el año 2007, pero a menudo el desafío social para los pacientes es mucho más difícil de afrontar que la enfermedad misma.

“Muchos sacerdotes – afirma Rozario – me dijeron que no se les permite hablar del SIDA durante sus homilías en la iglesia. Pero si ellos pudieran poner en guardia a los parroquianos y explicarles acerca de esta enfermedad durante la obra pastoral, eso traería muchos frutos. La visita doméstica de los religiosos puede desempeñar un rol vital para reducir los riesgos vinculados al HIV/SIDA”.

Caritas, explica el voluntario, actualmente ofrece apoyo espiritual, financiero y asesoramiento a los enfermos cristianos y a sus hijos: “Dos veces al año nos volvemos a encontrar con ellos para brindarles asistencia espiritual y para ofrecerles becas de estudio a las familias que son más pobres. Organizamos también cursos en los cuales los educamos para llevar a cabo trabajos artesanales y para gestionar pequeñas empresas, de modo que los enfermos puedan encontrar un trabajo con el cual mantenerse”.