Damasco autoriza la distribución de ayudas a Madaya, donde los habitantes mueren de hambre.
El pueblo, en manos de los rebeldes, está siendo asediado desde hace tiempo por el ejército fiel al presidente Assad. Testigos hablan de al menos 23 personas que murieron de hambre desde el primero de diciembre. WFP: las primeras ayudas llegarán el 11 de enero. Siendo una zona de “increíble tensión”, son necesarias garantías de seguridad.

Damasco (AsiaNews/Agencias)- El gobierno sirio aprobó la distribución de ayudas al pueblo de Madaya, en manos de los rebeldes y asediado desde hace tiempo por las fuerzas del gobierno fieles al presidente Bashar al-Assad. La confirmación llega de fuentes de las Naciones Unidas, que han dado la alarma a raíz de que testigos de la zona informases que la población está muriendo de hambre por falta de comida y medios de sustento. Según lo referido por los encargados del World Food Programme (WPF), si se dan garantías de seguridad, los primeros camiones con ayuda alimentaria podrían llegar al lugar a partir del póximo 11 de enero.

Fuentes de las principales agencias humanitarias comprometidas en la zona afirman que las condiciones en Madaya, situada cerca de Damasco y no lejos de la frontera con Líbano, son “terriblemente espantosas”.

El gobierno sirio además habría permitido el acceso a otras zonas disputadas, como Kefraya y Foah, en el norte; sin embargo estas zonas, a diferencia de Madaya, están en realidad bajo el asedio de las fuerzas rebeldes que se oponen a Assad.

Hasta hoy en Siria unas 4,5 millones de personas viven en zonas disputadas y difíciles de alcanzar por las agencias humanitarias. De ellas, al menos 400.000 viven en quince localidades diversas que están siendo asediadas, padeciendo condiciones de extrema necesidad y sin posibilidades de recibir ayuda.

Entre éstas está Madaya, a unos 25 kilómetros al noroeste de Damasco y a sólo 11 kilómetros de la frontera con el Líbano. En ella viven unas cuarenta mil personas. Desde julio pasado, dicha zona está sitiada por las fuerzas gubernamentales, apoyadas por los chiíes libaneses de Hezbollah.

Entrevistado por la BBC, Greg Barrow, vocero del WFP, subraya que 72 horas “son el mejor escenario posible” para que los camiones con las provisiones de comida puedan llegar a Madaya. El área es teatro de una “increíble tensión”, agrega, dado que “nos estamos moviendo a lo largo de zonas del frente” y “tenemos que verificar que no hayan riesgos”.

Si bien no hay cifras actualizadas sobre el número de víctimas en Madaya, fuentes de Médicos sin Fronteras (MSF) refieren que desde el 1ero de diciembre pasado habrían muerto de hambre al menos 23 personas, internadas por desnutrición en clínicas de emergencia. Funcionarios de la ONU hablan de testimonios (creíbles) de personas muertas de hambre y de otras que fueron asesinadas mientras trataban de escapar de la zona.

Con la llegada del invierno, las condiciones en la zona, inaccesible desde los primeros días de diciembre, empeoraron aún más. “Hierbas y hojas- afirma un habitante de la zona- murieron a causa de la nieve”. Hay testigos que hablan de niños que comen las hojas de los árboles y de otros civiles que se comen a los gatos y a los perros; además, dicen que muchas personas tratan de nutrirse comiendo la tierra, porque “no quedó nada para comer” y las operaciones de emergencia son realizadas sin anestesia.  

En cinco años de conflicto sirio entre las tropas fieles al presidente Assad y las milicias rebeldes, a las cuales se agregan los movimientos extremistas y yihadistas, se registraron al menos 250.000 muertos. Más de once millones de refugiados fueron obligados a abandonar sus casas y sus pueblos para escapar de los bombardeos. Muchos han buscado refugio en el extranjero, en el vecino Líbano o en Europa, mientras que otros viven aún el país como evacuados internos.