Vicario de Jerusalén. "Ataques contra los cristianos". Necesaria una educación contra la intolerancia

Mons. Shomali condena la profanación de la basílica de la Dormición. En las puertas y en las paredes escritos injuriosos y el dibujo de una espada ensangrentada. De hace dos años la policía prometió tele-cámaras, pero “no hizo nada”. Para el prelado se necesita educación y escuelas para combatir el extremismo.


Jerusalén (AsiaNews)- Estamos disgustados por este nuevo ataque. La policía prometió de hace tiempo que pondría tele-cámaras de video-vigilancia a lo largo de la calle, pero en dos años nada hizo. Pedimos que que se nos garantice la seguridad”. Es cuánto afirma a AsiaNews, mons. William Shomali, obispo auxiliar de Jerusalén, el día después del nuevo ataque contra u  lugar de culto cristiano en Tierra Santa. U  grupo de vándalos manchó ayer la basílica de la Dormición de maría, una iglesia de Jerusalén situada fuera de los muros de la ciudad vieja, en el lugar llamado Monte Sión, cerca de la puerta de Sión.

En las puertas y en las paredes del monasterio (en la foto) benedictino aparecieron escritos y eslogan anti-cristianos, entre los cuales la frase. “Que sea cancelado su (el de Jesús) nombre y su memoria” y el dibujo de una espada ensangrentada.

El vicario patriarcal de Jerusalén no esconde su propia “tristeza” por estos episodios de intolerancia de un trasfondo confesional “a cincuenta años de distancia de la promulgación de la “Nostra Aetate”, el documento conciliar que abrió el diálogo interreligioso entre católicos y otras religiones. “Esas indicaciones- agrega- quedaron allí, en el papel y no han encontrado hasta ahora una verdadera explicación. Es necesario trabajar en varios niveles, para que se vuelvan un elemento en las relaciones inter -confesionales”.

Para mons. Shomali es evidente “un aumento de la intolerancia hacia los cristianos, si bien por fortuna hasta ahora las personas no fueron agredidas”. Hasta hoy, agrega el prelado, se cuentan “sólo paredes profanadas, grafiti y escritos injuriosos”, que ciertamente son “menos grave que matar”. Pero advierte que “los ataques de naturaleza simbólica y no, al menos por ahora, contra personas”.

“Quien realiza estos gestos-subraya el vicario patriarcal- es gente miedosa, cobarde, que ataca de noche para no ser descubierta. No es importante saber el nombre de los grupos responsables de estos gestos, el punto y la ideología que alimenta tal violencia, el clima de intolerancia hacia cuántos no son hebreos”. El punto, concluye mons. Shomali es “reeducar a las personas, apuntar a la escuela, a la instrucción, porque solamente así será posible frenar a los extremistas y estos gestos de intolerancia”.

La basílica de la Dormición es un lugar símbolo del diálogo interreligioso; el ataque llega a solas tres semanas de distancia del acto vandálico al convento salesiano de Beit Gemal. Entre las frases injuriosas encontradas en el lugar de culto, el escrito: “Muerte a los cristianos paganos, muerte a los enemigos de Israel” y además: “los cristianos al infierno”.

Según la tradición cristiana, la iglesia fue erigida en el lugar donde maría transcurrió la última noche antes de “dormirse”. En la cripta hay una estatua de la Virgen que duerme. En el año 2014 el Papa Francisco celebró la misa en la abadía, visitada también por Pablo VI durante su peregrinación en Tierra Santa en 1964.

Por obra de extremistas hebreos o colonos, en el reciente pasado fueron atacados diversos objetivos motivados religiosamente, entre los cuales la iglesia cerca del Cenáculo, la basílica de Nazaret y otros lugares católicos y griego-ortodoxos. El último en orden de tiempo fue el incendio de la iglesia de la multiplicación de los panes y de los pescados en Tagba.

En la mira están también las mezquitas y los lugares de culto musulmanes- según la lógica del así llamado “Price tage”, “el precio que hay que pagar” en un lema utilizado por los extremistas israelíes, que amenazan a los cristianos y musulmanes por haberles “quitado a ellos la tierra”. Un tiempo el fenómeno estaba difundido sólo en las zonas de frontera con Cisjordania y en Jerusalén, pero hoy se ha extendido en gran parte del territorio.