Para ser aprobado por el Partido, un lama "ni siquiera tiene que ser budista"

Una manifestación organizada por los "Estudiantes por un Tíbet Libre" se burla de la "lista oficial" de los religiosos presentada por el gobierno chino. Con máscaras con el rostro de Xi Jinping, se manifestaron contra la interferencia del Partido Comunista en la tradición tibetana. Basta oponerse al Dalai Lama y cercano al gobierno, dicen, para obtener el reconocimiento. Pekín "no tiene derecho a inmiscuirse en los asuntos religiosos".


 Dharamsala (AsiaNews) - Si quieres entrar en la lista oficial de "lama encarnado" preparada por el gobierno chino "es suficiente con estar en contra del Dalai Lama y cercano al Partido Comunista. ¡Ni siquiera tiene que ser budista! ¡Únete también tú! ". Ellos son los "parámetros" y el lema elegido por el grupo "Estudiantes por un Tíbet Libre" que se burlan de la decisión de Pekín para seleccionar y dar licencia de oficialidad a los monjes budistas tibetanos que llegan al rango de "Budas vivientes".

Los chicos, con máscaras con el rostro de Xi Jinping (v. Foto), han montado un tablado cerca de un monasterio budista en Dharamsala. Aquí tiene sede el gobierno tibetano en el exilio y el Dalai Lama, que se ha refugiado en la India desde su huida del Tíbet ocupado por los maoístas (1959). Durante la protesta, trataron de "reclutar" a algunos monjes que fueron al templo.

Sobre el papel, el proyecto chino fue creado para proteger a los fieles. Los "budas vivientes" también se llaman "tulkus": se trata de los religiosos que han elegido la vida monástica y son en el tiempo honrados por los abades de los diversos templos budistas bajo el título de "Rinpoche" ("Precioso"). Para "poner orden" y evitar las estafas, el gobierno creó una base de datos oficial que, de hecho, tiene la intención de sustituir las entidades religiosas del reconocimiento del estatus de un religioso.

El Partido Comunista de China - dice un tibetano al periodico Phayul - "es una organización atea que gobierna un país oficialmente ateo. Por lo tanto, no tiene autoridad para imponer leyes que interfieren con las creencias religiosas. Por otro lado, reconoció el falso Panchen Lama, uno nombrado por ellos y no por el Dalai Lama, y ​​esto demuestra que la lista es nula y sin efecto. Ningún tibetano lo aceptará".

Dorjee Tseten, director para Asia de "Estudiantes", concluye: "El gobierno chino también puede decir que es un movimiento contra las estafas, pero vemos la lista de lo que es: un paso motivada por la política para llegar a intervenir en la selección de la reencarnación del próximo Dalai Lama. Nada nuevo a Beijing: una enorme violación de la libertad religiosa y una interferencia perversa en el budismo tibetano".