Somchai Chaopatanawong es miembro de una comunidad eclesial de base (BEC) en Tailandia. Junto con otros compatriotas volaron a las Filipinas para asistir a la conferencia, que terminó el domingo, 31 de enero: "Fue un milagro ver a los católicos y creyentes de otras religiones encontrarse. La gente sonreía y era evidente que estamos destinados a ser "uno en Jesús'".
Bangkok (AsiaNews) - Para mí "evangelizar es compartir la experiencia con mis amigos que he hecho, al participar en el Congreso Eucarístico: es la forma más fácil de hacerlo. Hablo acerca del maravilloso "milagro" de ver a muchos fieles católicos y de otras religiones reunirse". Así Somchai Chaopatanawong, tailandés y miembro de una base comunitaria Iglesia Católica (BEC), habla a AsiaNews sobre el reto que les espera a los que han viajado a Cebú, en Filipinas, para asistir al 51 Congreso Eucarístico internacional (Iec), que terminó el domingo, 31 de enero.
Somchai estaba particularmente impresionado por el testimonio del P. Rosica, sacerdote canadiense, que habló de "La evangelización en un mundo secular". "De acuerdo con el p. Rosica - dice Somchai - esta evangelización requiere de tres pasos. El primero es la humildad, el segundo es imitar el ejemplo de nuestros mártires valientes (como San Pedro Calúñgsod para Filipinas) en el testimonio de Dios, y en última instancia, ser útil para otros católicos proclamando la Palabra de Dios".
También Pornchanok Pantutamungkurn partió desde Tailandia para ir a Cebu: "Fue la segunda vez que participe en un IEC - dice a la mujer -. La primera vez fue en Irlanda en 2012. Estoy muy feliz de poder ver gente de todo el mundo que están profesado su fe en Jesucristo. Esto me hizo dar cuenta del verdadero valor de Cristo en la comunión. Esta vez, en Cebu, me sentí como en casa: muchas personas estaban usando el "lenguaje del amor" sonriendo y no llevar a la práctica el mensaje de "ser uno en Jesús'".
Para Pornchanok la evangelización se lleva a la práctica sobre todo "orando por todos los que conozco, por la Iglesia, por las almas en el Purgatorio, por los enfermos, los desamparados y abandonados de la sociedad. También me preocupa que mi familia reciba la fe que me han donado mis antepasados. Me considero muy afortunado porque mi marido, celoso budista, me lleva a la iglesia todos los domingos".
"Desde el IEC - añade Pornchanok - también he aprendido que la Eucaristía tiene que ver con los pobres. Me acordé de las palabras del vicario general de la diócesis de Bangkok, p. Wudhilert Haelome, quien dijo: 'Para el Jubileo de la misericordia no es necesario organizar programas de caridad, lo que tenemos que hacer es mirar alrededor y ayudar a los que vemos en problemas. En cierto modo, esto es ya un modo automático para proclamar la fe católica'".