El P. George Colomb, superior general de las MEP, fue nombrado obispo de La Rochelle

Llamado a la vocación siendo un adulto, trabajó como inspector de correos antes de entrar en el seminario. Como misionero de las Misiones Extranjeras de París, trabajó también en China. Durante su conducción, en el instituto crecieron las vocaciones misioneras. Continuar alentando la misión en Asia es un bien para las Iglesias de origen.  


París (AsiaNews/Eda) – De la missio ad gentes a la misión en la patria (quizás también ella sea ya ad gentes): hoy el Papa Francisco nombró obispo de La Rochelle al padre Georges Colomb, actual superior general de los Misioneros de las MEP (Missions étrangères de Paris). Su ordenación episcopal y toma de posesión están previstas para el 5 de mayo próximo. El padre Colomb sucede a Mons. Bernard Housset, que ha alcanzado el límite de edad.

El Padre Colomb nació el 15 de enero en Saint-Anthème. Antes de descubrir su vocación, estudió Economía y trabajó como inspector de Correos en Lion y en Nanterre. Ordenado sacerdote en 1987 en la diócesis de Clermont, el padre Colomb entró a formar parte de las MEP para responder a una llamada misionera.

Por un cierto tiempo trabajó en Asia, y en particular en China. En el año 2010 fue electo superior general de la MEP. Al ser interrogado acerca de la situación del instituto y de su presencia en Asia, él destacó que la pirámide de la edad de la sociedad misionera (muchos miembros ancianos, pocos jóvenes) se asemejaba a la de la diócesis de Francia. De todos modos, él notaba signos de esperanza: en aquel tiempo, la presencia entre las MEP de 21 seminaristas (20 franceses, un eslovaco) y 8 candidatos que serían ordenados sacerdotes en 2011. Estos seminaristas son el fruto de una fuerte identidad que tiene un compromiso por la animación misionera y vocacional, con posibilidad de tener experiencias misioneras en el exterior. En esa oportunidad, él comentó que era importante continuar alentando la misión en Asia, siendo que es «importante no sólo para las MEP, sino también para la vitalidad de la Iglesia en Francia».

Gracias a las experiencias de animación y voluntariado misionero, en los últimos años al menos 150 jóvenes se han ido de misión. De ellos, 28 han entrado al seminario de las MEP, otros 35 a los seminarios diocesanos o bien como religiosos; a su vez, varias jóvenes han decidido ingresar a comunidades contemplativas.