Caritas Líbano: Pascua de solidaridad para un país en crisis económica, política y social

La comunidad cristiana celebró con alegría la fiesta, en un clima de creciente miseria y dificultad. La situación de emergencia a causa de los refugiados ha alcanzado niveles insostenibles y “las ayudas ya no son suficientes”. Durante la Cuaresma, el ente cristiano garantizó atención y asesoramiento médico. En Pascua fueron distribuidos paquetes de alimentos. Padre Paul: “La comunidad internacional debe detener la guerra y el tráfico de armas”.


Beirut (AsiaNews) - La comunidad cristiana del Líbano “ha celebrado con alegría” la Pascua, pero el país es presa de una crisis “económica, social, política” cada vez más fuerte y muchos, a causa de “la difundida y gran miseria”, no han podido “vivir plenamente el momento de fiesta”  Es lo que cuenta a AsiaNews el Padre Paul Karam, director de Caritas Líbano, que hace cuatro años se encuentra a la vanguardia cuando se trata de acoger el lujo de familias sirias (y no sirias) que huyen de la guerra. “En Caritas –agrega- hemos celebrado (la Pascua) con toda la comunidad y hemos visitado a algunas familias cristianas. Sin embargo, las consecuencias de la situación actual se hacen cada vez más pesadas: al problema de los prófugos se suma la emergencia económica, y las ayudas ya no son suficientes”.

Simultáneamente a las celebraciones pascuales, los operarios y voluntarios de Caritas distribuyeron “un paquete a todas las familias más necesitadas”, explica el sacerdote, “conteniendo distintos tipos de alimento. Queríamos brindarles una pequeña ayuda y hacer comprender que en la fiesta está implícito este fuerte elemento de solidaridad. Sin embargo, la verdadera emergencia rige en lo que respecta a la salud, porque las necesidades aumentan no sólo entre los prófugos, sino también entre los libaneses mismos”.

 Gracias a la disponibilidad y a la dedicación de algunos médicos “que atienden de manera gratuita”, agrega el Padre Paul, en las últimas semanas “hemos podido brindar asesoramiento médico de diverso tipo, consultas gratuitas, distribuir medicamentos y llevar a cabo pequeñas operaciones”. Las necesidades son muchas y “necesitamos contar con donaciones y socios para nuevos proyectos”  porque hoy, a diferencia del pasado, “no son solamente los prófugos quienes viven en necesidad, sino también las mismas familias libanesas”.

En los últimos años, Caritas Líbano nunca dejó que faltara la asistencia, garantizando no sólo alimentos y ayudas, sino también apoyo psicológico, favoreciendo así la relación entre cristianos y musulmanes, en particular entre los jóvenes. Pero las necesidades aumentan a medida que los recursos se vuelven cada vez más escasos. “Estamos viviendo una crisis económica fuerte, a la cual de suma la prolongada ausencia de un presidente de la República, que debería garantizar un equilibrio” cuenta el Padre Paul. “No hay legislación, el Parlamento está bloqueado –agrega- y todo esto impide el desarrollo del país”.

 

 

El Líbano tiene “muchas exigencias, a la vez que capacidades limitadas” y el “gran número de prófugos” ha terminado incidiendo “de manera pesada en el ámbito social, en el de la salud, en la seguridad. Y las primeras víctimas son justamente los más pobres”.  De aquí surge el propósito de Caritas de promover y sostener –durante todo el tiempo de Cuaresma- iniciativas de solidaridad y desarrollo no sólo para los prófugos sirios que huyen de la guerra, sino también para los sectores más pobres de la población libanesa.

“La situación es crítica –confirma el sacerdote- y hay grandes necesidades en todos los niveles; hambre, sed, medicamentos, viviendas”. Esperamos de la comunidad internacional que haya respuestas y no  proclamas; en primer lugar, la necesidad de “detener la guerra en Siria y alentar a los prófugos a regresar a su tierra. La Caritas local trabaja en esta dirección, a fin de reconstruir el país, una vez que sea alcanzada la paz”.

Ayer, Oxfam  publicó un informe del cual surge que los países ricos y desarrollados han recibido a menos del 2% de los más de cinco millones de refugiados sirios. Las ONGS han solicitado un mayor compromiso y disponibilidad para acoger a “por lo menos el 10% del total”. “El informe –comenta el director de Caritas- dice la verdad, es inútil esconderlo. Basta observar lo que está haciendo el Líbano, y mirar la proporción existente entre los ciudadanos y el número de refugiados recibidos.  Es difícil imaginar las enormes necesidades para nuestro país –concluye el sacerdote- que a pesar de todos sus límites, ha sabido abrir sus puertas. Hoy las naciones ricas pueden y deben hacer más, sobre todo para tratar de detener la guerra y el tráfico de armas, que alimenta, como dice el Papa, la espiral de la violencia”.