Editor “laico”: Bangladesh, una tierra de terror para escritores y pensadores libres
de Sumon Corraya

Mahbud Leelen es el fundador de la casa editorial Shuddahashar. Recientemente fue premiado por “su valentía en el publicar textos también frente a la persecución política”. El editor denuncia la connivencia del gobierno con las fuerzas islámicas”. “Todos vivimos en el miedo, estamos obligados a escondernos y a buscar lugares seguros dónde vivir y continuar a escribir”.


Dacca (AsiaNews)- “Hoy Bangladesh es realmente una tierra de terror para escritores y pensadores libres”. Lo dice a AsiaNews, Mahbud Leelen, fundador de la casa editora Shuddashar, que con valentía publica textos de escritores amenazados y perseguidos por los radicales islámicos por sus ideas democráticas. El editor afirma: “Uno de los principios claves de la guerra de independencia de Bangladesh (en 1971) era la laicidad. Pero ahora ya sea el gobierno como los fundamentalistas islámicos apoyados por el gobierno están intentando enterrar el espíritu laico en el país”.

Leelen habla de la constante situación de inseguridad y de las amenazas de muerte sufridas por quien, como él, no tiene intención de renunciar a luchar por la libertad y la democracia. La semana pasada el editor recibió en los EEUU el premio 2016 Jeri Laber International Freedom to Publish Award. Se trata de un importante reconocimiento que cada año la asociación de editores americanos International Freedom to Publish Committee asigna a “aquellos que han demostrado valentía frente a la persecución política”.

En los últimos años la libertad de pensamiento fue puesta a una dura prueba, con diversos blogger y librepensadores  asesinados por lo que habían escrito. Entre éstos hay profesores universitarios, editores, activistas por los derechos de los gays, estudiantes que habían osado criticar al extremismo islámico.

A Asianews, Leelen dice que “en este momento la libertad de expresión en Bangladesh fue bloqueada por dos factores. El primero es la ley, el segundo es el terrorismo islámico apoyado por la política nacional e internacional. Los escritores y los pensadores libres están obligados a combatir en ambos sectores”

Él lamenta que “el actual gobierno está imponiendo el islamismo en todos los aspectos de la vida y está introduciendo leyes para proteger los intereses islámicos”. “En substancia, pone enormes obstáculos a discursos y textos que tratan temas científicos y sociales, porque tales temas no están en línea con la creencias religiosas y las tradiciones”.

“En un país democrático- agrega- cualquiera tiene el derecho de criticar o analizar las opiniones de los otros, pero esto está prohibido en Bangladesh a causa de la ley sobre la blasfemia. Dado que la ley y el gobierno sostienen en modo directo e indirecto la filosofía fundamentalista, los terroristas dan luz verde para ir aún más allá. Esto significa imponer el islamismo con la fuerza, la amenaza, los ataques y los asesinatos”.

La crítica a las autoridades es explícita: “El gobierno no tiene una real intención de proteger a los pensadores. Más bien, las autoridades culpan a las personas asesinadas en los ataques. De las acciones del gobierno, está claro que este está estrechando alianza con los fundamentalistas”.

El clima de terror se difunde, admite, porque “ninguno sabe quién será el próximo objetivo. Por esto todos los escritores viven en el terror. Todos nos estamos escondiendo y tratamos de encontrar lugares seguros en los cuales vivir y continuar a escribir”.

En los años la casa editorial Shuddasshar ya fue el objetivo de los radicales: dos de sus colaboradores, Avijit Roy y Ananta Bijoy Das, estuvieron entre los masacrados a golpes de machete. No obstante el miedo, “la casa editorial continúa publicando libros. Desde cuando fue fundada (en 2004) ya fueron publicados más de tres mil volúmenes”.

El editor admite la dificultad de su trabajo: “Cuando tus amigos y colegas mueren por lo que escriben, tu oficina es asaltada y tus colaboradores heridos, creo que todos tratan de buscar seguridad y salvación”. No culpa a aquellos que en los años han dejado de escribir a causa de las amenazas. “Las personas están realmente asustadas-  concluye. Pero nosotros no cerraremos las persianas. Continúan nuestra lucha, es más, estamos expandiendo nuestras actividades. Hemos ya lanzado una iniciativa de publicación y libros, con los cuales haremos disponibles estampas sobre pedidos y libros en papel”.