Obispo armenio: Iglesia y fieles en camino, material y espiritual. por la visita del Papa

Mons. Minassian, Ordinario para los Armenios católicos de Europa Oriental, cuenta cómo se prepara la comunidad que espera a Francisco. “El pontífice ama a nuestro pueblo, jamás se vio una fe tan profunda”. Se alistan enormes pantallas para poder recibir a un mayor número de fieles. De los pueblos más remotos, tras horas de caminata y trayectos en transporte públicos, vienen para ver a Francisco y para agradecerle además sus palabras sobre el genocidio.


Ereván (AsiaNews)- La Iglesia armenia, la comunidad cristiana, los fieles, comparten “el mismo sentimiento de entusiasmo” en el camino de preparación “material y espiritual” para la visita del Papa Francisco, prevista del 24 al 26 de junio. Es cuánto cuenta a AsiaNews Mons. Raphael Francois Manassian, obispo armenio-católico en Everán, Ordinario para los Armenios Católicos de Europa Oriental, que habla de alegría y estremecimiento en la espera del pontífice. En la misa solemne en la plaza Vartanats, en Gyumr, el sábado 25 “hasta ahora se han registrado veintitrés mil inscriptos y muchos más quisieran agregarse, pero no hay más lugar”. Por eso, prosigue, “estamos preparando una maxi-pantalla en otra plaza”, para dar la posibilidad de poder “seguir la celebración”a otros fieles .

Armenia es la primera etapa del viaje apostólico del Papa Francisco al Cáucaso que, a fines de septiembre, tocará también Georgia y Azerbaiyán. Una región que en abril pasado fue teatro de nuevas tensiones, derivadas de un conflicto decenal jamás absorbido del todo. Después de algunas semanas de enfrentamientos y de más de un centenar de víctimas en la región del Nagorno Karabakh, los presidentes de Armenia y Azerbaiyán suscribieron una tregua, evitando así una escalada de la violencia.  

“Estamos viviendo un clima de gran espera -nos cuenta mons. Minassian- sobre todo entre la gente simple. También en los pueblos más remotos se vive el deseo de participar del evento. Hay personas que recorrerán un camino de más de una hora a pie para llegar a la parada del autobús y poder tomar el transporte público que las llevará a la ciudad para asistir a la misa del Papa”. Se advierte una “expresión de la fe”, prosigue el prelado, “que toca en lo profundo a nivel psicológico, sentimental y humano…La comunidad nuestra está “en espera”, con una gran sed de espiritualidad, de amor a la Iglesia y de unión con el Santo Padre.

Entre los momentos más significativos estarán la misa solemne en Gyumri y la oración ecuménica por la paz en Yereván. La visita del Papa, explica mons. Minassian, tiene un “doble valor”: por un lado es el signo de que Francisco “aprecia al pueblo armenio” y al país en tanto “primera nación cristiana de la historia” y que “por tantos siglos testimonió su fe con el martirio”. Y por esto, él “alimenta un afecto especial”. Por otro lado, está el “gesto de gratitud y de agradecimiento especial” del pueblo armenio al Papa, quien “se expresó con valentía delante del mundo, hablando del genocidio armenio de 1915”.

En la conmemoración en el Vaticano en abril de 2015, el Papa Francisco dijo que el de los armenios fue el primer genocidio del siglo XX”, desencadenando también en dicha ocasión  las amenazas del presidente turco Recep Tayyip Erdogan. El pontífice además dirigió un mensaje al pueblo armenio, que fue entregado a los patriarcas en ocasión de las celebraciones del centenario, en el cual auspició el reinicio del “camino de reconciliaciónentre turcos y armenios. “Muchos países han politizado e instrumentalizado este drama. El Papa- comenta mons. Minassian- usó palabras claras y esenciales, por eso, nosotros estamos en deuda con él (por su reconocimiento)".

Hablando de la comunidad católica armenia, el prelado (en la foto, con un grupo de jóvenes) subraya que “habiendo incluso vivido por treinta y cinco años en muchas naciones del mundo, entre ellas, en EEUU, Israel y otras zonas de Medio Oriente, jamás he visto una fe tan profunda y arraigada”. El sufrimiento y la lejanía de la religión, prosigue, “hoy es retomada con un sentimiento fuerte, riguroso. Una fe que logró también sacarme lágrimas”. Para el obispo es “conmovedor” el abrazo y la búsqueda de la bendición que las personas demuestran al final de cada celebración. “La gente te rodea -explica- y no obstante el rito dura mucho tiempo (llega a ser de tres horas en la Iglesia oriental y la armenia en particular) no se quieren ir. Los fieles tienen sed de bendición, quieren ser tocados, el aspecto devocional es fuerte”.

La fe cristiana “no es una pertenencia cualquiera”, sino que parte “de la carne y del espíritu” que emerge también en gestos realizados en este Año jubilar de la Misericordia. “Hemos traído una ladrillo de la Puerta Santa -cuenta el prelado- como signo de unión simbólica con la Iglesia universal. Los fieles y el párroco la han tomado y la colocaron dentro de la pared de la catedral, de modo de poder recibir la bendición cada vez que entran o salen. La misericordia es vivida con gestos de devoción espiritual, con oraciones y recogimiento, con iniciativas que unen a todas la iglesias del país, grandes y pequeñas”. El pueblo armenio es un “pueblo tradicional” que mantuvo vivo “el mismo ritual a través de los siglos” y de cuya identidad y pertenencia derivan su propia fuerza. “Esperamos la visita del Papa -concluye el prelado- , estamos a la espera de sus palabras, que recibimos con amor y afecto; miraremos con alegría cada expresión de fe suya”.

Mons. Raphael Francois Minassian nació en 1946 en Beirut (Líbano). Ingresó al seminario libanés en Roma en 1966 y fue ordenado sacerdote en 1973. El prelado fue también pastor de los católicos en California desde 1966 a 2006. Fue jefe de redacción del Avetaber Verelk por ocho años y fundó una sociedad de Televisión armenia en 2005, de la cual algunos segmentos fueron transmitidos por el canal Telepace. En el año 2011, el Papa Benedicto XVI lo nombró Ordinario para los Armenios católicos de Europa Oriental.

La Iglesia católica armenia es una Iglesia católica patriarcal “sui iuris” nacida en 1742 a partir de la Iglesia nacional armenia. Fue reconocida por el Papa Benedicto XIV (1740-58). Hoy está presente con comunidades en el Líbano, en Irán, Egipto, Siria, Turquía, Israel, Palestina y en otras realidades de la diáspora armenia en el mundo. El número de fieles está estimado en 585.000 (2010).