La trata de seres humanos "es el más cruel de los crímenes. Pero no debe ser castigado con la horca"

El presidente de la Comisión Episcopal de Filipinas para los Migrantes e Itinerantes, Mons. Ruperto Santos, responde al nuevo gobierno que quiere incluir el tráfico de personas en la lista de delitos punibles con la muerte. El tráfico "es un acto de barbarie que viola la naturaleza misma del hombre. Pero se combate con una investigación seria y el castigo severo, llegando incluso a la cadena perpetua. Ningún hombre puede matar a otro hombre en nombre de la ley".
 


Manila (AsiaNews) - El tráfico de seres humanos "es un abominable comercio, del que uno se libra con una investigación seria y con el castigo severo. Los traficantes no deben ser multados, sino pagar con cadena perpetua. Esto, sin embargo, no quiere decir que se puede hablar de la pena de muerte: el hombre no puede tomar la vida de otro hombre en nombre de la ley". Lo dice que el presidente de la Comisión Episcopal de Filipinas para los Migrantes e Itinerantes, Mons. Ruperto Santos, con la esperanza de un "mayor compromiso" por parte del gobierno para detener el tráfico de personas.

En Filipinas ha existido durante años un sistema de explotación de los seres humanos, que ha alcanzado proporciones alarmantes, "Hay agencias, llamadas 'vuelo de noche', que no son más que centros de extorsión y criminalidad. Estas agencias deben ser cerradas, sus propiedades incautadas y el dinero acumulado dado en compensación a las víctimas del tráfico, por los daños sufridos".

Pero esto, dijo el prelado en respuesta a una hipótesis planteada por algunos funcionarios del nuevo gobierno, "no significa que deberíamos hablar de la pena de muerte para los delincuentes. El empleo ilegal de trabajadores es un crimen horrible, que se contradice con una investigación seria y el castigo severo. En caso de culpabilidad, se debe imponer una sentencia de por vida: la perpetua reclusión es la solución, no el patibulo".

Decenas de miles de trabajadores de las Filipinas, cada año optan por salir en busca de un trabajo con el que mantener a su familia que se quedó en casa. Las naciones más populares de llegada son los países del Golfo, Hong Kong, Singapur y Corea. Pero en los últimos años ha habido innumerables casos de violencia, y la malversación y la explotación que sufren estos empleados a menudo surgen de las agencias de contratación.

Estas de hecho de "secuestran" el pasaporte del migrante inmediatamente después de llegar a su destino, y piden una "compensación" por los viajes equivalente a cinco años de salario. Además, muchos traficantes están de acuerdo con los empleadores sin escrúpulos que utilizan mano de obra barata para trabajos peligrosos - como el trabajo en las minas o en obras de construcción - o ilegales, como la prostitución y el tráfico de drogas.

La trata de seres humanos, concluye Mons. Santos, "es el acto más cruel y brutal que un hombre puede cometer contra sus semejantes. Viola la dignidad humana y extermina los derechos inherentes a nuestra naturaleza. Obliga a las personas inocentes a vivir una vida de miedo y violencia. Es una barbarie que tiene que parar".