Mons. Menamparampil: Ser agentes de paz en la India
de mons. Thomas Menamparampil*

Desde hace años, en los siete "Estados hermanos" del noreste del país hay un conflicto latente entre los diversos grupos étnicos del país. En 1996, las denominaciones eclesiásticas crearon el Joint Peace Mission Team. El ex arzobispo de Guwahati explica cuáles son las características que se precisan para ser agente de paz. El éxito en el trabajo de pacificación proviene de lograr "congeniar" con los reclamos de ambas partes; el llamado a la paz debe ser sincero; deben evitarse las formas egoístas de publicidad; reunir a personas influyentes que reflexionan; la enseñanza de base es "el poder de la oración".

 


Jowai (AsiaNews) - Hace pocas semanas, algunos grupos de rebeldes que operan en el noreste de la India se rindieron, tras años de encabezar una guerrilla armada que ensangrentó  la región. La rendición de los separatistas que luchaban por la autonomía de los "siete Estados Hermanos" (Arunachal Pradesh, Assam, Manipur, Meghalaya, Mizoram, Nagaland y Tripura) ha pasado completamente desapercibida para las noticias nacionales. En cambio, Mons. Thomas Menamparampil, administrador apostólico de Jowai (en Meghalaya) y Arzobispo Emérito de Guwahati (Assam), comentó a AsiaNews cuán excepcional es la dimensión del evento, y para el cual, desde 1996, la Iglesia local ha estado trabajando "de manera silenciosa" a través del Joint Peace Mission Team.

En 2014 la rebelión del noreste causó 413 víctimas, un número muy superior a las 193 muertes que se produjeron en la región de Cachemira, que, sin embargo, resulta ser mucho más famosa incluso a nivel internacional.

Los esfuerzos por una pacificación han tenido un impacto en las últimas semanas, tras una reunión celebrada a fines de mayo en Tura, en el distrito de Garo Hills (Meghalaya). Aquí se reunieron las diferentes denominaciones eclesiales del noreste, junto con activistas, políticos y grupos sociales. También estuvo presente Mons. Menamparampil, que hoy se alegra por una resolución positiva de la rebelión, cuyos inicios se remontas a la independencia del país, agudizada luego en 1971, cuando el Estado de Meghalaya se separó del de Assam. Bajo el título "El camino a la paz es doloroso", a continuación, publicamos los comentarios del arzobispo sobre la importancia de ser "agentes de paz" en la India (Traducción de AsiaNews).


Las tragedias han dado lugar a iniciativas de paz en el noreste de la India

La iniciativa de paz del Joint Peace Mission Team of Northeast India ha ganado mucha atención recientemente, cuando algunos jóvenes de la etnia Garo depusieron sus armas durante una ceremonia de reconciliación en Tura. El evento tuvo lugar poco después del apremiante llamamiento por la paz efectuado por el Peace Team. Esto ha provocado un nuevo interés por la historia de este Peace Team de bajo perfil, que localmente se llama JPMT.

El JPMT salió a la luz en 1996, como una respuesta a los enfrentamientos entre las tribus Bodo y Adivasi en el Estado de Assam, que obligó a 250.000 personas a buscar refugio en 47 campos de refugiados. La tragedia se consuma inmediatamente luego de las elecciones locales, en un momento en que el gobierno se encontraba demasiado ocupado distribuyendo cargos de los ministerios. Para los cristianos, no hubo otro remedio que sumergirse en las tareas de rescate, ayudando a las personas que se encontraban en las más miserables condiciones.

Afortunadamente, los líderes de la Iglesia decidieron cooperar y no competir, lo cual hizo que esfuerzos colectivos fueran más eficaces. A partir de ese espíritu de cooperación,  y en función de las expectativas impacientes de las comunidades, fue que surgió el actual Peace Team.

El JPMT ha reunido a representantes de los grupos en conflicto y ha facilitado un diálogo. A través de varias rondas de diálogos y emprendiendo visitas a los pueblos, al final se ha llegado a la paz, la atmósfera ha mejorado, las relaciones se han restablecido y la vida ha vuelto a la normalidad. El manejo exitoso de este difícil problema ha llevado al gobierno a apreciar, más que nunca, la contribución que los cristianos dan a la paz.

El JPMT expande su servicio

Desde el principio, en 20 años de trabajo, la JPMT, fue invitado a llevar ayuda en más de una decena de conlfictos entre las comunidades del noreste de la India, cada uno de los cuales es único en su género, con sus causas y características, y con diferentes vías para la reconciliación.

Nunca hemos afirmado que la paz sólo puede provenir de nuestro trabajo, pero estamos satisfechos de haber hecho una pequeña contribución en la causa por la paz. Todo lo que apoyamos es que hemos generado buena voluntad, solicitado la colaboración, trazado la  dirección. Pero después, las decisiones fueron tomadas por las partes interesadas, en general, bajo la guía de la administración.

Nuestra estrategia habitual era evitar la publicidad excesiva para no despertar celos u oposición. Nunca generamos estructuras formales ni elaboramos programas de recaudación de fondos. Nos hemos centrado en la construcción de lazos fraternales entre los líderes de la Iglesia, que hemos buscado fortalecer toda vez que nos encontramos. Porque el camino hacia la paz es doloroso. Pero nosotros, como miembros de JPMT, hemos aprendido muchas lecciones durante nuestros esfuerzos determinados por la paz.

El combatiente es el héroe de hoy

El operador de la paz hoy en día, en nuestro tiempo, es una no-entidad. Digo esto porque desde hace más de un siglo hemos sido alimentados por las filosofías de la lucha (Darwin, Marx, Nietzsche, divulgadores de las ideologías fascistas, nazi y comunista y otras versiones más suaves, de apego a la pertenencia étnica, el fanatismo religioso), y así, hemos estado tan inspirados en los ideales de la lucha y la batalla por la justicia y los derechos, que nuestro espíritu de lucha ha crecido, pero nuestras habilidades de reconciliación han disminuido.

Las comunidades cristianas también se han visto afectadas. Por ejemplo, en los últimos años, algunos teóricos de la liberación de América Latina han sugerido que "los cristianos deben amar a todos, pero no a todos por igual; debemos amar a quien está oprimido, defenderlo y liberarlo; y a su vez, a los opresores debemos acusarlos y combatirlos "(Frost, Brian Frost, The Politics of Peace, Darton, Longman and Todd, London, 1991).

No ha de sorprendernos, entonces el hecho de que el combatiente es el héroe de nuestro tiempo, en lugar del pacificador. La acción, la explosión, la confrontación, la colisión, la destrucción mutua son todas las cosas que tienen interés periodístico. Se espera que el activista comprometido condene, denuncie, se manifieste, lance retos y provoque vergüenzas. Cuando lo hace mejor, surge como un héroe. Pero lo que olvidan es que la condena aliena, dispersa; la comprensión empática reune.

Estamos olvidando la capacidad tradicional para la reconciliación

Como resultado de ello, corremos el riesgo de perder ciertas habilidades humanas que están incorporadas en todas las culturas, tales como: prestar atención con respeto a la opinión de otra persona (grupo tribal, comunidad), tratar de entender, mostrar simpatía por su objetivo, o al menos, por algunos aspectos del mismo; hablar, explicar, discutir de una manera amistosa; negociar, evitar el lenguaje agresivo, hacer el esfuerzo por persuadir; ceder, tolerar, perdonar, suscitar colaboración, insistir en soluciones más amigables e invitar al compromiso.

Por lo tanto, la primera lección que nuestro Peace Team ha aprendido es que cada persona que quiera ser un pacificador debe olvidar algunas de estas técnicas de confrontación que acabamos de mencionar, y desarrollar las habilidades necesarias para conciliar, y enseñar a otros a hacer lo mismo. Esto es lo que intentamos hacer desde 1996, cuando se desencadenó el conflicto entre Bodo y Adivasi en Kokrajhar.

Las causas de los conflictos

En diversas partes del mundo, las causas de los conflictos pueden ser: reivindicaciones étnicas, regionales, nacionales, religiosas, ideológicas. Aquí dominan estas últimas.


Estudios recientes demuestran que existen mayores posibilidades de violencia en una sociedad con una alta representación de la juventud. Los jóvenes tienden a ser idealistas, ansiosos de aprobación de los compañeros, dispuestos a asumir riesgos y dispuestos a ingenuas e ideológicas explicaciones simplistas.

Más del 60% de la población del noreste de la India está compuesta por jóvenes. Son ellos los que se exponen a defender los intereses de su propio pueblo cuando hay una sensación de injusticia en el campo étnico. Las quejas se pueden vincular a las pretensiones de los "hijos de la tierra", a la propiedad de los terrenos, las cosechas, las estructuras del tránsito y el comercio y a la representación política. La migración interna, tanto por la tierra o por el trabajo, agrava la situación.

El abuso político de las energías de los jóvenes con fines personales

Por desgracia, hay líderes que prefieren utilizar la energía explosiva de los jóvenes para la movilización política; y, a menudo para las campañas contra los "de afuera". Conspiran para comprar armas. Y los jóvenes que han abandonado la escuela, o que son marginados en la economia, que son ignorados en la sociedad, se sienten inmediatamente llenoa de energía cuando empuñan armas letales.

Los que abrazan las armas con el pretexto de la "defensa" de su propio pueblo, poco a poco desarrollan formas agresivas, extorsionan dinero de los hombres de negocios "extranjeros", a continuación, hacen lo mismo con el de su propia gente, que a su vez, sirven a los intereses políticos de los líderes para obtener aceptación social, y poco a poco, crece la negativa a renunciar a esa forma de vida que han encontrado cómoda.

Y la violencia se mantiene en varios niveles de intensidad, como ha ocurrido en los últimos años en el [distrito de] Garo Hills. Dicho material explosivo está listo para explotar a la menor provocación. En la región hay muchísimos grupos en este mismo estado de preparación.

Todos los combatientes están luchando por lo que creen que es correcto

Ahora vamos a hablar de cómo intervenir de manera útil en un momento de conflicto. Si suponemos que un lado es correcto y el otro equivocado, que uno es el diablo y el otro la víctima indefensa, no vamos a tener éxito como mediadores de los dos grupos en conflicto. Porque ambos lados de la refriega están convencidos de luchar por la causa justa.

En 1998 se escucharon las quejas infinitas de los Kukis y los Paties de Manipur que habían comenzado a luchar. La situación era tan mala que la gente tenía pozos excavados en los hogares, donde intentaban poder dormir. Las balas perdidas podían entrar a través de las ventanas a cualquier hora de la noche.

Ambos grupos estaban luchando por la "justicia", cada comunidad tenía su propia forma de entenderla. Por esto las percepciones de la justicia se enfrentaron. Cuando la justicia va en contra de otra justicia, el agente de paz se encuentra en una posición débil.

En las primeras etapas del diálogo, si los rivales tienen una actitud agresiva, incluso predicar y repetir estereotipos pacifistas puede resultar muy molesto y humillante. Las condenas apresuradas podrían incluso volverlos más feroces aún.

El pacificador debe "comprender", "simpatizar"

El agente de paz no estará en condiciones de iniciar un diálogo / reconciliación con los grupos rivales hasta que él mismo no tenga un pizca de simpatía en el corazón por su causa.

A pesar de que cree que sus afirmaciones son exageradas, hasta cuando no entre en una profunda empatía con ellos, o no sea tocado por la pasión que ellos sienten por sus objetivos y sienta la justicia que los motiva, o al menos algún aspecto de su causa, él no será capaz de iniciar el más mínimo diálogo.

En cambio, si el constructor de paz se ve afectado profundamente por el tamaño de sus reclamaciones y logra comprender (pero no necesariamente aprobar) los excesos que conducen a su "justa ira", entonces,  poco a poco ellos comenzarán a responder. Y otro tanto hará el lado opuesto.

Ningún grupo jamás ha pedido al Peace Team que acepte sus excesos; piden sólo "comprender" que ellos sentían el deber de llegar a ciertos límites dolorosos para defender su causa. No piden a los operadores de paz que digan mucho, sino que ellos "sientan" mucho. Es la manera con la cual en el año 2003, a través de los intensos esfuerzos del Peace Team, la paz volvió a reinar entre los Dimasas y los Hmar de Haflong tras enfrentamientos graves. Escuchar tiene un poder curativo.

Quienes combaten anhelan la paz de un modo más profundo

No podemos olvidar que hay un profundo deseo por la paz, incluso en el corazón del combatiente más duro. El Peace Team pudo verificar que esto es así en el año 2003, durante el conflicto entre Kukis y Karbis en Diphu. La disputa se refería al salario que cobraban los migrantes en el comercio de jengibre. Las pretensiones de las partes eran: "Paz, sí; pero ¿bajo qué condiciones? Y bajo los términos ¿de quién?". Desde luego, no a costa de sus intereses principales, incluyendo su imagen colectiva.

Y, sin embargo, incluso los luchadores más agresivos depositan su confianza en una fórmula de paz. Es en este punto de acceso oculto que al pacificador intenta enfocarse. Finalmente, los Kukis y los Karbis se calmaron y acordaron llegar a un compromiso.

Lo más importante para el pacificador es llegar a ser una presencia adecuada en el subconsciente de los grupos en conflicto. La clave del éxito es su capacidad para construir relaciones que generen confianza entre los interesados.

Él debe ser justo con todos los litigantes, sobre todo evitar las demandas egoístas, establecer relaciones cordiales con la gente y ser consciente de su sensibilidad y perspectiva universal. Nuestro Peace Team mantuvo esto en cuenta cuando en 2010 intervino en el conflicto entre bodos y musulmanes en Udalguri.

Para un constructor de paz, es mucho más convincente el empeño a favor del ser humano, que pasar a través de las palabras, los actos y las relaciones de uno, en comparación con las técnicas que él pudo haber aprendido en seminarios sobre resolución de conflictos. No importa quién o qué sufre, este compromiso debe ser combinado con la sensibilidad hacia el dolor humano.

Reunir a las "personas que reflexionan"

Cuando estalla un conflicto entre las comunidades, nuestro mayor desafío es reunir a la gente "correcta" para negociar. Ahora, ¿quién es la gente "correcta"? No es fácil sentarse en las negociaciones de paz con los combatientes de primera línea; su talento va en otra dirección.

Yo describiría a la gente que importa en la primera etapa de un diálogo de paz como aquellos que "reflexionan", los líderes sensibles, las personas que son respetadas por ambos lados. La lista puede incluir intelectuales, pensadores, escritores, maestros, trabajadores sociales y personas que influyen en la sociedad y cuyas palabras no son controvertidas. Eso es lo que hicimos en 2011 en Mendipathar, durante el choque entre Garo y Rabha. Y las comunidades respondieron con prontitud.

El agente de paz, un facilitador

Lo mejor es que el constructor de paz sigue siendo un simple constructor de confianza, un facilitador y ayudar a crear un ambiente sereno ... una atmósfera en la cual las relaciones se vuelven fáciles.

Él puede sugerir pasos hacia adelante en los momentos cruciales, invitar a reflexionar más detenidamente, susurrando una solución, para que los contendientes mismos analicen en detalle sus diferencias. Su contribución a largo plazo puede ser mayor si es discreto y mantiene un perfil bajo. Tanto mejor si interfiere menos con el flujo natural de las cosas y los procesos normales de discusión.

Por último, algunos consejos sobre cómo hacer compromisos. La convivencia significa estar dispuestos a comprometerse. Esto se aplica a la familia, al pueblo, a una nación y a la comunidad internacional. La contribución más valiosa que un constructor de paz puede ofrecer es acercar las partes en conflicto hacia una gradual comprensión y aceptación de esta gran verdad.

Ganar titulares puede ser halagador, pero sus resultados no será duraderos. La publicidad prematura puede ser fatal. Aquellos que se oponen a la paz pueden rastrear al pacificador en cualquier momento, y hacer que él tropiece.

Hacer las cosas como si no las estuviera haciendo - este es el papel del agente de paz en situaciones complejas. Todo el mundo debe sentirse libre de poder jugar en público. Esta es la razón por la cual la JPMT es poco conocido fuera de la región Nordeste. Incluso dentro de la región se desconoce la contribución que ha hecho hace cinco años, para resolver el bloqueo económico en Manipur, que duró cinco meses.

El llamado a la paz debe ser sincero

Al final del diálogo (o el diálogo) nuestro Peace Team hace un llamado a la paz, junto a los representantes de los dos grupos interesados. Y si la llamada es respetuosa, cuidadosamente formulada, bien equilibrada y corresponde a la realidad de los hechos, por lo general obtiene una buena respuesta.

Los participantes en las sesiones de diálogo pueden esforzarse por organizar reuniones a nivel local y generar la misma atmósfera de favor. Si en la comunidad se verifica que existe una amplia aceptación de las propuestas, sus líderes pueden avanzar a la última ronda de negociaciones en presencia de las autoridades de la ciudad. Aquí la presencia del Equipo de Paz es totalmente innecesaria.

Si el equipo es olvidado o marginado durante el proceso, nos regocijamos, porque esto significa que las personas mismas han restaurado la paz dentro de la comunidad. En 2015, los Adivasis y Uriamghat regresaron a sus hogares, de los cuales unos meses antes se habían escapado.

Las sanación de los recuerdos históricos

Los recuerdos de las ofensas históricas son los más difíciles de tratar. Esto es especialmente cierto en lugares como el Oriente Medio. Pero también en nuestra región, el recuerdo de las ofensas recibidas puede permanecer vivo en los corazones de las personas, y los estereotipos negativos mutuos perseguirán por mucho tiempo las mentes de los dos grupos en contienda.

Las hostilidades pueden reanudarse en cualquier momento si no se produce una sanación. Por esta razón, una gran parte de la misión de paz del operador es sanar los recuerdos históricos y demoler los estereotipos.

Nuestro Peace Team ha resistido a experiencias negativas difíciles

La experiencia nos enseña que, en una situación compleja, hay muchas cosas que pueden desalentar al agente de paz. Los representantes de los grupos en conflicto pueden negarse a presentarse al diálogo. Sus oídos pueden ser envenenados, poniéndolos en contra de sus iniciativas. Luego de la reconciliación, puede que los esfuerzos que se requieran de allí en más, nunca lleguen a concretarse. Las personas pueden verse desalentadas por la reanudación de la violencia, incluso después de un acuerdo de paz.

La ira colectiva puede hacer que se dé marcha atrás si un miembro de su comunidad es golpeado de nuevo de forma inesperada. Los chismes malintencionados pueden ser difundidos a propósito. La prensa puede inflar el número de víctimas, interpretar incorrectamente los problemas, haciendo caso omiso de las iniciativas y los logros de los agentes de paz. Ellos pueden sentirse abandonados en la lucha. Pero entonces, la verdad se revela de una forma totalmente inesperada y regresa la paz. Y el Peace Team gana un reconocimiento inesperado, como ocurrió en 2015, cuando la Fundación Alemana Berghof llamó a la comunidad internacional a prestar atención sobre nuestros métodos.


El misticismo del instante: en Dios, nada se pierde

La lección final para el agente de paz, que es una persona de fe: él / ella debe tener confianza en lo que yo quiero llamar la "mística del instante", es decir, el poder de la oración.

La oración es una fuente de fortaleza en tiempos de ansiedad, tensión, oposición, desánimo, fracaso y humillación. Es a través de este poder que él [el agente de paz] tiende puentes entre comunidades y culturas, recompone las diferencias, convence a la gente de perdonar, une las manos y vence para crear un mundo mejor.

De este modo se recuerda que el agente de paz no siempre tiene éxito en el mundo, algunos pierden sus vidas, y algunas de sus historias se leen como una pérdida trágica. El ecuménico Joint Peace Team del Noreste nunca ha perdido la esperanza, a pesar de ser consciente de todos estos hechos. Nuestros pequeños éxitos se han ido sumando, y no parecen insignificantes.

Porque en Dios, nada se pierde. La paz llega en el momento justo. Hay muchas maneras en que Dios hace que la gente "transforme sus espadas en arados" (Isaías 2: 4). Nuestro Peace Team es inmensamente feliz por haber tenido un pequeño y humilde rol en relación a ese objetivo.

* Ex arzobispo de Guwahati, administrador apostólico de Jowai