Terminado el Ramadán, el verdugo saudita vuelve a actuar: casi 100 condenas a muerte en 2016

Las autoridades han ajusticiado a dos personas, llevando la cifra a 98 para lo que va del año. La sentencia fue ejecutada contra un saudita condenado por homicidio, y contra  un inmigrante pakistaní, por tráfico de drogas. Activistas internacionales: en el año 2016 hubo más ejecuciones respecto al mismo período del año pasado.


Riad (AsiaNews/Agencias)- Las autoridades sauditas ayer ajusticiaron a dos condenados a muerte, llevando prácticamente a cien (98) el número de penas capitales ejecutadas en 2016 en el reino ultra-conservador. Activistas y asociaciones en defensa de los derechos humanos recuerdan que el año pasado, en Arabia Saudita, fueron realizadas 158 condenas; Arabia Saudita es el tercer país del mundo en número de ejecuciones, después de Irán y Pakistán. Faltan cifras oficiales de China, nación en la cual el verdugo actúa con mayor frecuencia, con miles de ajusticiados cada año.

Una de las dos condenas realizadas ayer fue llevada a cabo en la región sudoccidental: se trató de Asir Ali Assiri, ciudadano saudita que fue ajusticiado por haber acuchillado a muerte a un miembro de su misma tribu.

La segunda es la de un inmigrante pakistaní, Mohammed Mokhtar, condenado a muerte por tráfico de heroína. Él fue ejecutado en la ciudad oriental de Dammam.

Durante todo el Ramadán, tiempo de ayuno y oración musulmán, no hubo ejecuciones; sin embargo, el verdugo ya ha vuelto a actuar tres veces desde que terminara el mes sagrado del islam.

Activistas y ONG que defienden los derechos humanos subrayan que en el año 2016 el número de ejecuciones resulta “mucho mayor” que el registrado para el mismo período del año pasado.

En los primeros días de enero, Riad ajustició a 47 personas acusadas de “terrorismo”; entre éstas, figuraron el dignatario chií Sheik Nimr al-Nimr, importante figura de oposición contra el régimen saudita. Esta muerte originó un enfrentamiento -no sólo diplomático- entre sauditas (sunitas) e Irán (chiíes), que enardeció aún más el ya complicado cuadro de Oriente medio.

En el país árabe, la mayor parte de las condenas a muerte se realizan a través de la decapitación.

Desde hace años que las principales asociaciones en defensa de los derechos humanos y muchos gobiernos occidentales se baten por imponer al reino saudita (sunita wahabí) procesos más ecuos y ejecuciones menos crueles. Arabia Saudita - país en el cual rige una estrecha observancia de la sharia (ley islámica)-, es el único país en el mundo donde la condena a muerte puede ser ejecutada con la decapitación en plaza pública.

La pena capital en el reino está prevista para los culpables de homicidio, robo a mano armada, violación y tráfico de drogas, pero también por brujería y sodomía. No menos crueles son las condenas por delitos menores, como el robo y la expresión de la oposición al gobierno, que además de la cárcel prevé el corte de la mano o del pie y la fustigación en la plaza.