Energía y comercio, silencio sobre Siria y kurdos: la nueva alianza entre Putin y Erdogan

En San Petersburgo, Turquía y Rusia han sancionado un vértice de reconciliación en clave anti-occidental. Archivadas las tensiones de los últimos meses por el abatimiento del jet ruso. Ambos líderes listos para relanzar el proyecto Turkish Stream; a los rusos la tarea de construir una central atómica en Turquía. Permanecen las discrepancias sobre el rol de Assad y sobre el futuro del conflicto sirio.


San Petersburgo (AsiaNews/Agencias)- Economía, proyectos comunes en materia de energía, colaboración en el sector de la defensa y relanzamiento del turismo. Son estos los temas principales al centro de los coloquios que se realizó ayer en San Petersburgo, entre el presidente ruso Vladimir Putin y su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan, en su primer viaje al extranjero después del fallido golpe del 15 de julio. Por el contrario, silencio absoluto sobre los dos dosier que ven enfrentados a las dos naciones: la cuestión siria y el rol del presidente Bashar al-Assad, cercano a Moscú y mal visto por la dirigencia de Ankara; y también la posición sobre la cuestión kurda, entre las más delicadas para Turquía.

Analistas y expertos en política internacional definen al encuentro de ayer en la “sala helénica” del palacio Kostantinovskij, antigua residencia del Zar, un encuentro de reconciliación- que sigue a meses de insultos y amenazas de retorsiones-en clave anti-occidental. Ambos líderes han dejado de lado sin demasiados problemas las tensiones de los últimos meses, después del abatimiento del jet ruso el 24 de noviembre de 2015 en los cielos en la frontera entre Turquía y Siria, relanzando una alianza que preocupa a los EEUU y a diversas cancillerías de la Unión europea.

El accidente había desencadenado una escalada de la tensión entre los dos países, con intercambios de acusaciones recíprocas económicas entre las cuales un embargo comercial, la finalización de las exenciones de las visas y el bloqueo de las comunicaciones aéreas.

El enfrentamiento llevó también a graves acusaciones por parte de los rusos por lo ligámenes entre Ankara y los milicianos del Estado islámico (EI). El ministerio de la Defensa de Moscú habría de hecho presentado “pruebas” del tráfico de petróleo entre yihadistas y exponentes de la dirigencia turca. Hoy esas acusaciones son cosa pasada y según algunas fuentes de la prensa, habrían sido justamente los rusos quienes “salvaron” a Erdogan, avisándolo anticipadamente del tentativo del golpe de Estado en acto.

El cara a cara de ayer en San Petersburgo, un encuentro a puertas cerradas que duró más de dos horas y media, habría por lo tanto servido para relanzar la antigua alianza. En las próximas horas deberían llegar las cancelaciones de los embargos decididos por Putin después del abatimiento del jet en noviembre. De aquí la vía libre productos alimenticios y productos agrícolas turcos para el mercado ruso. Además, la reapertura de vuelos turísticos de Moscú hacia el Bósforo, tradicional meta de vacaciones de los rusos.

Al margen del encuentro entre Putin y Erdogan se realizó una tabla redonda entre personalidades de primer plano, rusas y turcas del mundo de los negocios. Al centro de los coloquios la reanudación del gasoducto Turkish Stream, que debería relanzar el eje entre los dos países en clave anti-occidental.

Putin subrayó que el proyecto “será puesta en marcha lo antes posible”, para llevar 31,5 mil millones de metros cúbicos de gas a Turquía a través del Mar Negro. A esto se agrega la construcción de la central nuclear de Akkuyu, confiada al gigante atómico ruso Rosatom, que reviste un “carácter estratégico” para Ankara.

Frente a los intereses comunes, quedan aún divisiones- pasadas bajo silencio en las declaraciones oficiales después del encuentro- sobre Siria y sobre la cuestión kurda. En relación con las cuestiones sirias, Erdogan continúa sosteniendo que el presidente Assad-hasta ahora apoyado por Moscú- debe dejar inmediatamente el poder. “Tenemos un objetivo común”, declaró Putin y es el de “resolver la crisis siria” por esto “estamos en la búsqueda de una solución unívoca que ir bien a todos”.

En lo que se refiere a la cuestión kurda, según algunos expertos Moscú habría dejado de hace un tiempo de “coquetear” con los grupos combatientes, que batallan en territorio sirio e iraquí contra los yihadistas del Estado islámico. Un medio de presión eficaz a los ojos de Erdogan para reforzar el camino de reconciliación entre los dos países.