Beijing insta a las religiones a "sinizarse" y amenaza al Dalai Lama

Wang Zuoan, director de la Administración Estatal de Asuntos Religiosos escribe: "Algunas naciones occidentales distorsionan la situación religiosa de China en nombre de los llamados derechos humanos, mientras que las fuerzas hostiles utilizan la fe para infiltrarse en China". El "claro ejemplo" del Dalai Lama: "Su grupo utiliza el budismo para dividir el país".


Beijing (AsiaNews) - El gobierno chino "tiene la intención de seguir fomentando el desarrollo de una teología cristiana china, que ande por el camino del socialismo", pero todas las religiones debe "sinizarse" y "rechazar el uso político de la fe". Lo escribe en el Study Times  el Director de la Administración Estatal de Asuntos Religiosos (SARA) Wang Zuoan. Y añade: "Las tres fuerzas malignas del terrorismo, el extremismo y el separatismo utilizan el pensamiento religioso para incitar a actos hostiles. Las autoridades no se quedaran viendo mientras la "cuestión religiosa" llega a consecuencias graves".

La referencia directa del servidor público es "el grupo del Dalai Lama", que "utiliza el budismo para dividir el país. Una religión sinizada es el método más eficaz para luchar contra las fuerzas hostiles del exterior y del interior. Los fieles deben aferrarse a la dirección del Partido y el sistema socialista, salvaguardando la unidad de los Han y de las minorías étnicas, y así servir al interés nacional".

También una advertencia a esos "naciones occidentales que distorsionan la situación religiosa del país en nombre de los llamados 'derechos humanos y religiosos'. Utilizan métodos desleales para infiltrarse en China, y esto no será tolerado".

Wang es un firme partidario del control central sobre la religión, concepto cada vez más fuerte en el país. En los últimos meses se han acrecentado las prospectivas de control sobre todas las religiones (incluida la católica),sosteniendo su "profunda sinización", "independencia del exterior", apoyando al desarrollo de la patria. Además, las actividades de la religión han pasado al control de la seguridad pública.