Tribales tailandeses: el rey Bhumibol nos ha salvado así del opio y de la pobreza
de Weena Kowitwanij

Los habitantes de las zonas montañosas de Tailandia recuerdan los beneficios del proyecto iniciado por el difunto soberano en 1969. Él logró convertir las plantaciones de opio en cultivos alimenticios, favoreciendo la economía y la salud de los tribales. Son catorce mil las familias involucradas en casi 40 años de actividad.


Bangkok (AsiaNews)- En el pasado “mi esposa y yo cultivábamos opio. Nos quedamos incrédulos cuando iniciamos a sembrar verduras gracias al proyecto deseado por el rey y hemos ganado más, tanto que logramos enviar a nuestros hijos a la escuela. Ahora estamos muy felices”. Chatchawan Taechalertwattana es un tribal Hmong que vive en el pueblo de NongHoi, en la provincia de Chiang Mai. Es uno entre los miles de habitantes de las zonas montañosas del norte de Tailandia, cuya vida cambió gracias al rey Bhumibol Adulyadej y a su lucha contra la tóxico dependencia iniciada a fines de los años sesenta.

En 1969, Su Majestad, fallecido el pasado 13 de octubre a la edad de 89 años, visita el campo de opio gestionado por los tribales que se encuentra cerca de su residencia invernal en el distrito de Muand. Después de haber visto las condiciones de pobreza en la cual vivían los tribales y campesinos, el rey decide dar inicio al proyecto “cintura tribal”, para ayudar a las poblaciones de las montañas y limitar la excesiva deforestación. El primer objetivo es el de eliminar las plantaciones de opio-poco rentable- y convertirlas en cultivaciones alimenticias.

El rey Bhumibol comprende que el comercio de drogas sólo aventajaba a pocas personas, mientras ponía en riesgo la seguridad nacional y minaba la salud de los tribales. Por esto, el soberano subvenciona las cultivaciones sustentables reestructurando las vías de irrigación, financiando la formación de los campesinos y favoreciéndolos en el mercado nacional. Después de 40 años, son 295 los pueblos involucrados en el proyecto, habitados por catorce mil familias con un total de 85 mil personas.

Panya Saosri, un tribal, narra a AsiaNews: “En el pasado las tribus cultivaban opio y la gente los consideraba criminales. Su Majestad el rey Bhumibol nos ha dado una patria y nos enseñó cómo ganarnos la vida en modo legal, sin ser un peso para los otros”. No hay montaña en el norte de Tailandia “donde el rey no hay puesto pie”, confirma Surin Nateepraiwan, tribal Karen: “Desde la juventud los tribales aprendían a cultivar el opio. Los agricultores eran todos tóxico-dependientes y el precio del producto no cubría los costos de producción”.

Apichai Jitwatin es un docente tribal: “Aliento siempre a mis estudiantes-dice- para que cada vez que estamos desalentados debemos considerar el peso que el rey llevó por nosotros. Él fue a todas las partes a visitar a la población y la favoreció con una economía sustentable”.  

La obra del rey Bhumibol contra el tráfico de droga fue reconocida también por el Programa de las Naciones Unidas por el control internacional de la droga, que en 1994 premió al soberano con la medalla de oro. Su proyecto fue el primero en el mundo contra el cultivo del opio.