ONU: el expansionismo de Israel y las divisiones con los palestinos conforman un peligro para el Oriente Medio

Al intervenir en el Consejo de Seguridad, Nickolay Mladenov se refiere a una situación “cada vez más preocupante y peligrosa”. “El inmovilismo” de la comunidad internacional tiene un precio “en vidas humanas y sufrimientos”. Israel relanza un proyecto de expansión en Jerusalén oriental, que prevé la construcción de 500 nuevas viviendas. 


Jerusalén (AsiaNews/Agencias) - La política expansionista de Israel en materia de asentamientos y las divisiones arraigadas con los palestinos vuelven cada vez “más peligrosa” la evolución de la situación en Oriente Medio. Es lo que afirmó el enviado especial de la ONU, Nickolay Mladenov, durante una reunión del Consejo de seguridad de las Naciones Unidas que se celebró ayer en el Palacio de Vidrio en Nueva York. En tanto, las autoridades de Israel han reemprendido el proyecto de construcción de 500 nuevas viviendas para los colonos judíos en Jerusalén oriental.

En el transcurso de la reunión, Mladenov definió a los nuevos asentamientos como parte de un desarrollo “cada vez más preocupante” e invitó a las autoridades a detener el proyecto.  

“La situación en el territorio –afirmó el alto diplomático de las Naciones Unidas- está cambiando de manera constante y peligrosa, incluso a causa de la sensación generalizada de impunidad y  envalentonamiento que reina entre cuantos sostienen la expansión de los asentamientos”. A esto se suman las crecientes “divisiones internas de los palestinos”.

Una situación general, advirtió Nickolay Mladenov, que pone “en peligro, y hoy más que nunca antes” la perspectiva del nacimiento de un futuro Estado palestino.

La intervención del político búlgaro se da a pocas horas del anuncio de las autoridades israelíes, que han relanzado el proyecto –frenado durante tiempo- de construir 500 nuevas viviendas para colonos judíos en Jerusalén Oriental. Un área que, según los palestinos, debiera ser la capital de una futura –y por el momento, cada vez más remota- nación palestina.  

Analistas y expertos en política medio-oriental resaltan que la decisión de Israel es la confirmación de una política de expansión que el gobierno del premier Benjamin Netanyahu tiene intenciones de potenciar tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los EEUU. Los halcones del Ejecutivo están convencidos de que la nueva administración será menos crítica en relación a los asentamientos que la de Barack Obama y sus posiciones asumidas en la materia en los ocho años de mandato, al menos teóricamente hablando.  

A la demostración de fuerza del gobierno israelí se pliega la inercia de la comunidad, y en primer lugar, de las Naciones Unidas. “El inmovilismo tiene un costo –advirtió Mladenov -, un precio que se mide en vidas humanas y sufrimientos” y todos aquellos que se oponen al nacimiento de un estado palestino “no plantean soluciones viables”.

“La alternativa – concluyó en su intervención en el Consejo de Seguridad- es una ocupación sin fin, un conflicto permanente que alimenta el odio entre los pueblos de Israel y Palestina, y que nutre a los extremistas en un Oriente Medio lacerado por conflictos étnicos y religiosos”.

Según Peace Now, en el año 2016 la administración israelí que controla los territorios de Cisjordania –control que está en manos militares- dio luz verde a  2.623 nuevos asentamientos. De ellos, 756 son viviendas ilegales que fueron “legalizadas” a posteriori. Al día de hoy, son al menos 570.000 los ciudadanos israelíes viviendo en más de 130 asentamientos -construidos por Israel a partir de 1967, fecha de inicio de la ocupación-.

El derecho internacional considera que estos asentamientos son ilegales; una posición contestada por el gobierno israelí, que en los últimos años ha ido reforzado cada vez más su política expansionista. A los asentamientos han de sumarse unos 97 puestos de control, los cuales son considerados ilegales no sólo por el derecho internacional, sino también por el gobierno israelí mismo.

Los coloquios de paz se interrumpieron en el año 2014, 2014, detonando una escalada de violencia.