Enfrentamientos en el Estado Shan: destruida la iglesia de san Francisco Javier en Mung Koe

La parroquia fue atacada por bombardeos del ejército del gobierno, que en el nordeste del país combate a las milicias de etnia Kachin y Shan. El obispo: “Quedó sólo en pie el campanario. Los sacerdotes, las hermanas y los fieles escaparon a China”.


Naypiydaw (AsiaNews)- El 3 de diciembre pasado un ataque aéreo del ejército gubernamental destruyó la iglesia de san Francisco Javier en Mung Koe, en el Estado de Shan (nordeste de Myanmar). Mons. Philip Za Hawng, obispo de la diócesis de Lashio, donde se encuentra la parroquia, escribió un mensaje en el cual afirma: “Toda la iglesia ha sido destruida, excepto el campanario. El humo que se elevó era visible desde lejos. Esta iglesia había sido construida en cemento armado e inaugurada en 2006”.

La iglesia de san Francisco Javier se encuentra en uno de los territorios teatro de enfrentamientos entre el ejército del gobierno (Tatmadaw) y las milicias étnicas rebeldes de los Estados Kachin y Shan, en la frontera con China. Estas últimas son dos de las 135 etnias de las cuales Myanmar está compuesto, que siempre tuvieron dificultades en convivir en modo pacífico con el gobierno central y su componente en su mayoría birmana. Iniciada en junio de 2011 después de 17 años de relativa calma, la guerra entre Tatmadaw y Kachin causó decenas de víctimas civiles y al menos unos 120 mil evacuados, que viven en 167 campos prófugos.

Desde hace algunas semanas se intensificó la avanzada de Tatmadaw en los territorios nord-orientales. Las tropas de Naypyidaw realizan ataques aéreos y terrestres para atacar las posiciones de las milicias étnicas, causando un número indefinido de muertos y arrestando civiles en modo indiscriminado. El arzobispo de Yangon, el Card. Charles Bo, en varias ocasiones se dirigió al país para que se logre la paz.

La distribución de la parroquia de la diócesis de Lashio, escribe Mons. Za Hawng, obligó a “los sacerdotes y a las hermanas, junto con los parroquianos a buscar refugio más allá de la frontera china. También los habitantes de la ciudad escaparon”. Desde hace semanas el gobierno chino predispuso algunos campamentos para hospedar a los prófugos que provienen de Myanmar (unos tres mil). Los sacerdotes y las hermanas, continúa el obispo “vuelven cada tanto a la ciudad para alimentar al ganado, cuando hay tregua en los enfrentamientos. Las estructuras de la parroquia están muy cerca de la frontera china”. El lugar, explica el prelado, está interesado por los combates porque “poco después de la construcción de la iglesia fue edificado un centro de comando del ejército del gobierno frente a la parroquia”. El mensaje de Mons. Za Hawng termina con un pedido. “Cualquiera lea estas líneas, por favor rece por la paz en Myanmar”.

La diócesis de Lashio nació gracias a las obras de los misioneros del Pontificio Instituto Misiones Exteriores (PIME).