Perder la infancia y la escuela: los matrimonios de menores en Bangladesh
de Sumon Corraya

La pobreza y la cultura tradicional islámica son las principales causas. El 52% de las esposas es menor de 18 años; el 18% tiene menos de 15. Una nueva ley permitiría las bodas sólo en “circunstancias especiales”, para salvar el honor de las muchachas. Tres historias de matrimonios de menores.  


Dacca (AsiaNews) – “He perdido mi infancia; yo quería ir a la escuela. Me encantaba estudiar, pero mis padres recibieron una buena propuesta y organizaron mi matrimonio, a pesar de que yo me oponía”. Es lo que dice a AsiaNews Sumi Akter, una joven musulmana de 17 años, que fue dada como esposa cuando tenía 14 años. El suyo es uno de los tantos casos de matrimonios que involucran a menores, un flagelo que afecta a toda la sociedad de Bangladesh.

La pobreza y la cultura tradicional islámica son los principales factores que empujan a las familias a organizar las bodas para las muchachas que aún están en una edad temprana. El fenómeno es transversal y afecta a todas las comunidades religiosas, a excepción de la católica, que no apoya los matrimonios precoces.  

La práctica está difundida particularmente en la comunidad islámica. Hoy, Sumi es madre de un niño de dos años, y tiene dos hermanos y dos hermanas. Cuenta que el padre, un simple trabajador, “no lograba sacar adelante a la familia. Por eso, me hicieron casar, ocultando mi verdadera edad”. La muchacha estuvo al borde de la muerte en el momento del parto, a causa de una grave hemorragia. Se recuperó, pero el niño nació con bajo peso y tuvo varios problemas. Por todos estos motivos, afirma, “me opongo fuertemente a la aprobación de la ley que autoriza los matrimonios antes de los 18 años”.

Se refiere a una normativa que fue aprobada el mes pasado por las autoridades de Dacca. Según el proyecto del Prohibition of Child Marriage Act – 2016, los matrimonios que impliquen a menores de edad sólo serán permitidos en “circunstancias especiales”, por ejemplo, ante “embarazos accidentales o ilegales” de modo de “salvar el honor de la muchacha”.

En base a las disposiciones actuales, la edad legal para contraer matrimonio es de 21 años para los hombres, y de 18 para las mujeres. Varios activistas se quejan de que el proyecto de ley tornaría legales, a todos los efectos, las bodas celebradas para reparar embarazos que han sido consecuencia de la violencia sexual, muy difundida en el país.  

Los datos oficiales muestran que Bangladesh es el país asiático con la tasa más elevada de niñas y niños dados por esposos. El 52% de las esposas tienen menos de 18 años, mientras que el 18% tiene menos de 15 años.

Los matrimonios de menores también afectan a la comunidad hindú.  Bristy Rani se casó a los 16 años, con un muchacho de 25. Los padres optaron por las bodas como medio “para asegurarse de mi integridad. Cuando iba a la escuela, era el blanco de varios muchachos que me proponían matrimonio y me insultaban. Dada la situación, mis familiares consintieron (el matrimonio)”. Según Bristy, la pobreza y la inseguridad empujarían a los padres a organizar las bodas de sus hijas. “Bangladesh no es un lugar seguro para las muchachas –afirma- y no podemos movernos libremente. El gobierno y las asociaciones deben reducir la pobreza”.

En la comunidad católica, en general no se hallan casos recientes de matrimonios precoces. Las autoridades eclesiásticas no apoyan los matrimonios entre menores. Una rara excepción es la de  Probitro Rozario y Pronoti Gomes (nombres ficticios), que se casaron a la edad de 16 años. La Iglesia local permitió su matrimonio porque Pronoti había quedado encinta. Prescindiendo de su caso, Probitro considera que “los matrimonios de menores son un error. La Iglesia debe transmitir a los alumnos buenos valores, enseñar a los cristianos a no contraer matrimonio durante la infancia”.