El consejo de seguridad de la ONU aprueba por unanimidad el envío de observadores a Alepo

Se ha previsto su envío “inmediato”, para monitorear las operaciones de evacuación. Desde el 15 de diciembre, cuando menos 14.000 personas han abandonado el sector oriental de la ciudad. Pero Damasco aún debe pronunciarse sobre el ingreso. El enviado especial de la ONU para Siria anuncia un nuevo encuentro en Ginebra para el 8 de febrero.


Damasco (AsiaNews/Agencias)-  Tras meses de estancamiento y vetos cruzados, el Consejo de seguridad de las Naciones Unidas adoptó por unanimidad una resolución que dispone el envío “inmediato” de observadores de la ONU a la ciudad de Alepo. Desde el 15 de diciembre, cuando menos 14.000 personas han abandonado la zona, si bien la violencia y los enfrentamientos se vieron interrumpidos varias veces las operaciones,  e hicieron vacilar el acuerdo entre Rusia y Turquía.

Esto comprende también la evacuación de algunas zonas -entre ellas, Fuaa y Kafrya- controladas por el gobierno en la provincia de Idlib, desde hace tiempo asediadas por grupos rebeldes y yihadistas.

Por el momento no se conocen reacciones oficiales del gobierno sirio y no se sabe si Damasco autorizará el ingreso de los observadores de la ONU a la ciudad, que hace más de cuatro años está dividida en dos partes: la occidental, donde viven 1,2 millones de personas y bajo el control del gobierno; y la oriental, con una 250.000 personas, en manos de las milicias rebeldes y de los grupos yihadistas.

La votación de ayer en la ONU también registró la aprobación de Rusia, junto a Irán, aliado de Damasco. A los observadores les será confiada la tarea de controlar las operaciones de evacuación y garantizar la seguridad de los civiles.

La adopción “unánime” de la resolución 2328, marca también el primer paso rumbo a una óptica de unidad tras meses de enfrentamiento entre las potencias mundiales en el seno del Consejo de seguridad, en particular entre Moscú y el bloque occidental. Divisiones e intereses contrapuestos que han aumentado el balance de un conflicto que, en cinco años, ya causó más de 310.000 muertos.

El texto prevé un “monitoreo adecuado y neutral” de las operaciones. Sin embargo, Bashar Jaafari, representante sirio en la ONU, criticó a los miembros del Consejo afirmando que persiguen una agenda que pretende “legitimar la interferencia extranjera, eliminar las fuerzas del gobierno y usar la fuerza militar”.

Queda por entender cuál será la respuesta oficial de Damasco a la resolución de la ONU.

Según lo que refiere el Observatorio sirio por los derechos humanos, por el momento todavía siguen atrapadas unas siete mil personas en la porción de Alepo este que sigue en manos de los grupos opositores. En su interior las condiciones de vida son muy difíciles: faltan la comida y los artículos de primera necesidad, además de que todas la estructuras hospitalarias y sanitarias están completamente inhabitables.

Entre las personas evacuadas ayer hay también 47 niños, que estaban atrapados en un orfanato. Algunos de ellos, refiere la UNICEF, estarían en condiciones críticas a causa de las heridas o por deshidratación.

Después de haber dejado Alepo este, los evacuados serán llevados a otras zonas de la metrópoli septentrional de Siria, otrora capital económica y comercial del país, o bien a pequeñas ciudades de la provincia de Idlib controladas por los rebeldes.

Mientras tanto, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, anunció un nuevo encuentro entre las facciones opuestas que están involucradas en el conflicto sirio para el próximo 8 de febrero, en Ginebra (Suiza). Hasta ahora ya se realizaron tres rondas de coloquios “indirectos” bajo la égida de las Naciones Unidas, que siempre terminaron en nada. Entre las cuestiones no resueltas está el rol del presidente Bashar al Assad en el futuro gobierno de transición.