Egipto, decapitado un médico copto. Crece el miedo entre los cristianos en el país
de Loula Lahham

Es el tercer homicidio de exponentes de la minoría copta desde el inicio del año. La víctima se llamaba Bassam Safouat Zaki y era originario de Assiout. En precedencia habían sido asesinados una pareja en Ménoufiya y un hombre en pleno día en Alejandría, el asesino atacó gritando “Allah Akbar”.


El Cairo (AsiaNews)- Aún antes que se calmasen las aguas por el homicidio de un comerciante copto en Alejandría, 220 kilómetros al norte de la capital el Cairo, sucedido el 3 de enero pasado, las fuerzas de seguridad egipcia han encontrado el cadáver decapitado de un médico copto. El homicidio, cometido con un cuchillo, habría sucedido el 13 de enero pasado dentro de la habitación del hombre.

La víctima se llamaba Bassam Saouat Zaki, un médico copto especializado en citujía general. Él desarrollaba su profesión en Assiout, ciudad egipcia situada a 370 Km al sur de la capital.

De un primer análisis del cuerpo emerge que él fue atacado al cuello, en el pecho y la espalda; el hombre murió por las graves heridas recibidas, que han provocado una hemorragia por la boca, la nariz y orejas.

El 5 de enero las fuerzas de seguridad habían encontrado a una pareja de coptos. Gamal Sami Guirguis y Nadia Amin Guirguis, también ellos asesinados con cuchillo. Los cónyuges murieron en su casa, en la cama, sorprendidos en el sueño. Este crimen sucedió en la gobernación de Ménoufiya, al norte del país, a unos 85 Km de la capital egipcia.

A continuación de las investigaciones realizadas por la policía y la fiscalía, en los días siguientes se llegó al arresto de algunos sospechosos; sin embargo, las autoridades no han querido aclarar los motivos de base del doble homicidio.

En las 48 horas precedentes al homicidio de la pareja, en Alejandría un comerciante fue decapitado por un presunto extremista islámico, en medio de una calle, en pleno día, delante de los peatones y los residentes del barrio que quedaron atónitos.

Youssef Laméï murió atravesado por una espada empuñada por su asesino, el cual gritaba “Allah Akbar” mientras cometía el crimen.

En su confesión, el asesino declaró. “Le dije varias veces que no vendiera alcohol, pero no me escuchó”.

Estos tres crímenes sucedieron a menos de un mes del ataque a la iglesia copta de san Pedro y pablo en el barrio de Al- Boutrissiva , al interior del patriarcado copto-ortodoxo del Cairo. Un atentado sucedido el 11 de diciembre pasado, en el cual murieron 29 personas y otras decenas resultaron heridas. “Cada vez que salgo, tengo miedo de ser la próxima víctima” declara a AsiaNews, Adel Ishak, un contador de 30 años y padre de un hijo, que conocía a tres de las víctimas del ataque de diciembre. “Pero al final de cuentas- agrega- logro superar este sentimiento de miedo y voy igualmente a la iglesia”.