Kuala Lumpur, las naciones musulmanas contra Myanmar: detengan la violencia contra los Rohinyás

La “sección extraordinaria” del OIC apunta contra las persecuciones perpetradas contra la minoría musulmana en Myanmar. Najib Razak pide que los culpables sean “entregados a la justicia”. Ministro de Bangladesh: debe resolverse la cuestión pertinente a la ciudadanía.


Kuala Lumpur (AsiaNews/Agencias) – Gobiernos regionales, organizaciones islámicas internacionales y activistas a favor de los derechos humanos emprenden un nuevo reclamo al gobierno de Myanmar, para que ponga fin a la tragedia de los musulmanes Rohinyás. El Primer ministro de Malasia, Najib Razak, se dirigió a la cúpula de gobierno de Naipyidó, invocando por el fin de todas las discriminaciones y los ataques; es tarea de los países mayoritariamente musulmanes -agregó luego el premier- actuar para contener esta “tragedia humanitaria” de enormes proporciones.   

“Las muertes deben terminar” subrayó Najib, durante un encuentro de la Organización de cooperación islámica (OIC), el cual fue convocado por Kuala Lumpur precisamente para discutir acerca de la emergencia de los Rohinyás. “Las persecuciones de conciudadanos, hombres y mujeres –agregó- por el mero hecho de ser musulmanes, deben terminar”.  

“Nos dirigimos al gobierno de Myanmar –concluyó Najib- para que ponga fin de manera inmediata a todas las acciones discriminatorias y a los ataques contra los Rohinyás. Y que los culpables sean entregados a la justicia”.

En el último tiempo ha aumentado de manera exponencial la violencia entre el Tatmadaw (el ejército que responde al gobierno) y lo que los soldados definen como “un grupo militantes de musulmanes Rohinyás” en el Estado de Rakhine. Los Rohinyás conforman una minoría musulmana – de poco más de un millón de personas- originaria de Bangladesh, a la cual Myanmar no reconoce la ciudadanía y cuyos miembros residen en campos de refugiados diseminados en varias partes del país.

Desde principios de octubre, el saldo es de cuando menos 90 personas muertas y cerca de 34.000 desplazados, con un gobierno birmano que estaría tratando de censurar los numerosos casos de abuso que han salido a flote. El Tatmadaw continúa yendo de pueblo en pueblo, limpiando el territorio de rebeldes. La población Rohinyá denuncia ejecuciones sumarias, arrestos arbitrarios, violaciones y el incendio de viviendas, en el contexto de una campaña que ha sido rebautizada por el gobierno como “operación de limpieza”, orientada a azotar a todos aquellos que hayan emprendido ataques contra los militares birmanos.

El gobierno de Naipyidó, conducido por la Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, niega las acusaciones de genocidio, pero, no obstante, impide el acceso de periodistas independientes y operadores humanitarios al área.

Para afrontar la crisis de los Rohinyás, ayer, en Malasia, se reunieron en “sesión extraordinaria” los ministros de Relaciones Exteriores de los países que son miembros de la Organización de cooperación islámica. La OIC representa a 57 Estados de mayoría musulmana, reuniendo a una población total de 1,6 millardos de personas.  Ésta actúa a modo de “voz colectiva” en un mundo musulmán a menudo dividido y accidentado.

Los ministros de la OIC exigen poder acceder libremente al Estado de Rakhine para emprender una investigación independiente y esclarecer las acusaciones de limpieza étnica perpetrada contra la minoría.

El encuentro se llevó a cabo en la capital de Malasia y duró un día. En la resolución aprobada al término de la reunión, los representantes pidieron al secretario general de la OIC,  Yousef al-Othaimeen, iniciar las tratativas con el gobierno birmano para la formación de una delegación que tenga acceso al área. Además, Naipyidó debe garantizar luz verde para el ingreso de ayuda humanitaria. La organización dice estar dispuesta a trabajar con las Naciones Unidas y la ASEAN  [la asociación que reúne a 10 países del sudeste asiático] para promover un diálogo inter-religioso en Myanmar, que es de mayoría budista.

Por último, el ministro de Relaciones Exteriores de Bangladesh, Shahriar Alam, pidió la repatriación a Myanmar y el reconocimiento de la ciudadanía a los refugiados Rohinyás que han buscado refugio más allá de las fronteras. Según los datos difundidos por el gobierno de Dacca, al menos 65.000 personas han cruzado la frontera para huir de la represión del ejército birmano. De éstas, 33.000 viven en campos de refugiados y otras 300.000 viven fuera de estos centros, en condiciones de extrema precariedad.