Lahore: Muhammad Akram, de vándalo de una iglesia a sponsor del diálogo entre las religiones (Fotos)
de Kamran Chaudhry

El joven musulmán figura entre las 2.000 personas que asaltaron un pueblo cristiano en el año 2005. Fueron agitados por radicales que habían pergeñado acusaciones falsas de blasfemia. En el 2010 crearon un grupo juvenil inter-religioso. “Se requieren modelos nuevos para ser tomados como ejemplo”. 


Lahore (AsiaNews) – Pasó de ser asaltante a una iglesia católica a transformase en sponsor del diálogo inter-religioso, construido a partir de los jóvenes. Es la historia de Muhammad Akram, un estudiante universitario que cuando tenía tan solo 15 años, vandalizó  la iglesia del Espíritu Santo de Sangla Hill, en Punjab, empujado por una multitud enardecida por algunos  musulmanes que querían castigar la presunta desacralización del Corán llevada a cabo por un cristiano. “Hoy pido disculpas a todos –afirma a AsiaNews – lo hice sólo porque mis amigos y otras personas que conozco estaban dañando la iglesia”.

Akram intervino ayer, en Lahore, durante la cena anual de la Youth Development Foundation (YDF), creada en el año 2010 y de la cual él es miembro. Él figura entre los 1600 muchachos formados por la asociación a lo largo del año pasado, que busca implementar un cambio en la sociedad pakistaní a través de los jóvenes de todas las confesiones.   

El estudiante fue cómplice de la destrucción de la iglesia del Espíritu Santo en el pueblo cristiano de Sangla Hill. El 12 de noviembre de 2005, cerca de 2.000 personas primero saquearon y luego incendiaron algunas propiedades cristianas del pueblo: tres iglesias, un convento de monjas, dos escuelas católicas, las viviendas de un pastor protestante y de un párroco, un hostel para jovencitas, un dispensario gestionado por religiosas, y algunas viviendas de particulares.   El ataque estuvo motivado por el rumor falso de que Yousaf Masih, un cristiano del lugar, había quemado páginas del Corán, un acto que en Pakistán es castigado con la pena de muerte, de acuerdo con la ley sobre blasfemia.

Akram recordó la triste suerte del cristiano, un jornalero semi-analfabeto que fue exonerado de todas las acusaciones y que, por miedo a las represalias, fue obligado a abandonar el pueblo. Murió en soledad, y oculto en algún lugar, pocos años después.  

El estudiante musulmán se arrepintió de sus actos y está comprometido en diversos caminos orientados a sensibilizar al público acerca de la tolerancia y de la acción social. Él culpa a las proclamas de las mezquitas, las cuales sólo servirían para encender el enfrentamiento. Considera que las “personas han transformado el antagonismo religioso en un comercio. Se obtienen grandes beneficios, y se logra atraer a muchos sostenedores en corto tiempo”.  

Shahid Rehmat, fundador y director ejecutivo del YDF, reconoce la presencia de numerosos desafíos en su área de trabajo. “Cuando invitamos a las personas a las reuniones –refiere- al principio, muchos piensas que queremos convertirlos. Incluso los estudiantes cristianos miran con temor a los colegas musulmanes. Los medios sociales y los canales de televisión están plagados de historias que muestran una agudización de la fractura entre las comunidades. Pero nosotros no discutimos sobre teología”.

El director explica que “tras crear vínculos de amistad, los jóvenes discuten con entusiasmo sobre las leyes discriminatorias vigentes en el país”. Él agrega que “muchos representantes musulmanes, incluyendo a líderes de gobierno, tienen un aprecio por nuestro grupo juvenil inter-religioso”. “Pido perdón a los jóvenes –concluye- porque no hemos logrado hacer mucho para poner fin a la intolerancia en la sociedad. Hay muchas diferencias entre nuestras corrientes islámicas. Las conductas violentas están en contra de lo que enseñaba el profeta Mahoma. Tenemos una necesidad desesperante de nuevos modelos, a ser tomados como ejemplo”.