Las autoridades de Islamabad han decidido unificar siete distritos tribales con la provincia de Khyber-Pakhtunkhwa. La zona es regulada por un sistema de normas derivadas de la época británica. Se ha destinado un paquete de asistencia de 991 millones de euros. Obispo anglicano: “La población ha sido ignorada. Llevará tiempo comprender el significado pleno de lo que es una nación”.
Lahore (AsiaNews) – Líderes cristianos de Pakistán reclaman por la creación de una zona administrativa por separado, criticando la decisión de Islamabad de unir las áreas tribales a la provincia vecina de Khyber-Pakhtunkhwa. El Rev. Jimmy Mathew, obispo luterano de Mardan, explica a AsiaNews: “Controlar las áreas tribales sería una tarea difícil. Éstas necesitan de una disposición separada del resto. La población local ha sido ignorada desde 1947, cuando el país obtuvo su independencia del dominio colonial británico. Llevará mucho tiempo que ellos comprendan el significado pleno de lo que es una nación”.
El 2 de marzo pasado, el gobierno pakistaní anunció su voluntad de incluir las Federally Administered Tribal Areas [FATA, es decir, siete distritos habitados en su mayoría por tribales de etnia pashtun – ndr] en la provincia contigua. Las denominadas “agencias” tribales se encuentran en la parte septentrional de Pakistán, en la frontera con Afganistán, y son consideradas santuario de grupos armados yihadistas como el Tehreek-e-Taliban Pakistan y al-Qaeda.
Las siete regiones semiautónomas son reguladas por la Frontier Crimes Regulation, que deriva de la época británica, un sistema de gobierno que impide a los ciudadanos la posibilidad de recurrir a un tribunal y pedir un juicio por los crímenes cometidos en el territorio. Aquí todavía se aplican los castigos colectivos decididos por los ancianos de las tribus; no existe un sistema escolar, tampoco operan las organizaciones que trabajan por el desarrollo, los ciudadanos no tienen acceso a prestaciones del sistema de salud; los residentes votan las leyes en la Cámara Baja del Parlamento, pero las normativas luego no se aplican en sus zonas.
La decisión del gobierno establece la unificación con la provincia vecina, proceso que ha de completarse dentro de los próximos cinco años. En lo inmediato, podrán formarse consejos electivos provinciales que serían contemplados en las elecciones de fines del 2017. Por otro lado, las autoridades de Islamabad han destinado un paquete de ayuda por un valor de 110 millardos de rupias [casi 991 millones de euros, ndr].
En los años anteriores, diversas operaciones militares emprendidas contra los bastiones de los grupos extremistas han provocado éxodos en masa. Se calcula que cuando menos tres millones de personas son desplazados internos, obligados a huir de sus lugares de residencia para hallar reparo en los campos de refugiados y en las ciudades. Zar Ali Khan Afridi, presidente de la ONG tribal “Consortium”, refiere: “Se trata de una zona sin derechos humanos. En ausencia de la ley, los habitantes locales no pueden reclamar cuando son arrestados. Muchos languidecen en la cárcel durante décadas. Los jirgas (consejeros de aldea) no pueden sustituir a los tribunales”. “El anuncio del gobierno brinda algo de alivio. Las personas piden justicia y libertad desde hace décadas. Pero es un proceso que llevará largo tiempo”.
El Pbro. William Nasir, director de comunicaciones sociales de la diócesis de Islamabad-Rawalpindi, considera que unir las áreas tribales es una “decisión perjudicial. Estas áreas se parecen a un escenario de una película sobre Jesús. Nos sentimos sin esperanza, hay tanto por hacer. Los trabajadores sociales de la Iglesia y el personal de Caritas es enviado a visitar estas áreas, pero sólo llevando los trajes y la barba que se usan localmente. Como no hay empresas, la población se dedica al comercio de armas y a cultivar opio”, Según el sacerdote, “de este modo, el gobierno adquirirá nuevos territorios, pero más provincias también significa más desarrollo. El pasaje completo (a la nueva administración) puede conducir a un trabajo de desarrollo a favor de los habitantes locales, que fueron abandonados”.