El Rey tailandés firma la nueva Constitución, favorable a los militares

Es la vigésima del país desde la finalización de la monarquía absoluta en 1932.. Los poderes del monarca reforzados sin que los ciudadanos fueran informados. Los opositores: con la nueva Carta, la democracia viene “neutralizada”. Previstas elecciones dentro de fin de 2018. Al gobierno militar saliente el nombramiento de un senado para la elección de un Premier. El ejército: el documento pondrá fin a las profundas divisiones políticas. En el sur del país explotó la violencia: 23 ataques de los rebeldes malayos.


Bangkok (AsiaNews)- El rey tailandés firmó ayer la nueva Constitución, favorable a los militares. La nueva Carta se convierte así en ley, un paso esencial hacia las elecciones que la junta prometió restaurar la democracia después del golpe de Estado de 2014, el 12° en poco más de 80 años.

El rey Maha Vajiralongkorn subió al trono en octubre, después de la muerte de su padre Bhumibol Adulyadej, que reinó por más de siete decenios. El nuevo soberano firmó el documento en Bangkok en una ceremonia transmitida por televisión en la tarde de ayer. En el pasado agosto de 2016, los tailandeses habían aprobado un esquema de la nueva Constitución con un referéndum. La Carta recibirá la aprobación popular, si bien la junta había evitado campañas políticas contra ella y los ciudadanos no estaban en conocimiento del deseo del nuevo rey de modificar el borrador. En enero el Palacio pidió algunas modificaciones a algunos capítulos que se refieren a los poderes del monarca, que son reforzados en la Constitución publicada ayer en la Gazzeta Reale.

La nueva Constitución es la 20° del país desde que finalizó la monarquía absoluta en 1932. Los críticos sostienen que ésta dará una vez más una voz potenete a los generales en la política tailandesa por años, sino por decenios. Los opositores afirman que el nuevo documento comportará para los tailandeses una forma de democracia “neutralizada”. Una de las disposiciones más controvertidas de la nueva Constitución es que corresponderá al gobierno militar “saliente” el nombramiento de un senado que tendrá voz en capítulo en el nombramiento del nuevo Premier. Además de una Cámara alta nombrada, la nueva Constitución refuerza los poderes de la Corte constitucional del país y hace más fácil acusar a un líder civil elegido por el pueblo.

El ejército responde que la Carta pondrá fin a las profundas divisiones políticas en el reino y contrastará a los legisladores corruptos.

Esta prevé además votaciones democráticas dentro de fin de 2018. La junta militar había prometido las elecciones en 2015, después de la toma del poder en 2014 por el gobierno de Yingluck Shinawatra, hermana de Thaksin Shinawatra, líder populista depuesto en 2006. El ejército sostuvo que el golpe de Estado habría puesto fin a los desórdenes políticos. La principal división política de Tailandia permanece entre la elite monárquica y pro-ejército en Bangkok y los más pobres seguidores del movimiento de los Shinawatra, en particular en el norte rural y en el nordeste del país. Los militares dijeron que la Carta constituye un “plan por 20 años” para el país y que cualquier futuro gobierno estará vinculado a seguirlo.

A pocas horas de la firma de la nueva Constitución, esta noche explotó la violencia en el sur del país, desgarrado por la pobreza y por las insurrecciones armadas de los rebeldes. El ejército tailandés registra que poco después de la medianoche se registraron una veintena de ataques incendiaros y explosivos, que provocaron unos apagones en varios lugares, pero que no provocaron víctimas en esa región donde la mayoría es islámica. Los analistas todavía están escépticos sobre el posible ligamen entre la ceremonia y los ataques. Es más probable que la violencia sea una venganza por el asesinato de dos rebeldes sospechosos por las fuerzas de seguridad, sucedida el mes pasado.  

El coronel Pramote Prom-in, vocero del ejército para el sur, declaró hoy: “Hubieron 23 incidentes simultáneos en tres provincias del sur y cuatro distritos de Songkhla”. La región está sujeta a violencias desde hace más de un decenio. Los rebeldes de etnia malaya están en guerra con las tropas militares tailandesas por una mayor autonomía. El conflicto causó hasta hoy la muerte de unas 6.800 personas. La región fronteriza fue una de las pocas áreas que rechazó la Constitución de la junta militar en el referéndum que vio al documento aprobado el año pasado.