Condenan al extremista judío que incendió la Iglesia de la multiplicación de los panes

Fue arrestado un mes después del hecho, en julio de 2015. El segundo sospechoso fue absuelto y un tercer sospechoso aguarda ser llevado a juicio. En el muro escribió la leyenda: “Los ídolos serán expulsados o destruidos”. Tenía antecedentes de crímenes de odio. Es el “precio a pagar” por haber “sustraído la tierra”. 


Nazaret (AsiaNews/Agencias) – La corte israelí de Nazaret condenó a Yinon Reuveni, un extremista judío de 22 años, por el incendio en la iglesia católica de la multiplicación de los panes y de los peces, en Tabga (lago de Tiberíades) ocurrido en junio de 2015. El veredicto fue emitido en el día de ayer.

Reuveni fue arrestado un mes después del incidente, junto a Yehuda Asraf, quien fue absuelto de las acusaciones. Moshe Orbach, el tercer sospechoso, aguarda ser procesado por la distribución de material publicitario en el cual se aludía a la “necesidad” de atacar aquellas propiedades que no fueran judías.

El incendio provocó daños que se extendieron a la tienda y a otros edificios del complejo. No se reportaron daños a los mosaicos del piso que datan del siglo V. En el muro, pudo leerse una inscripción en hebreo que decía: “Los ídolos serán expulsados o destruidos”.

La iglesia, que cada día atrae a cerca de 5.000 peregrinos, fue reabierta al público en febrero pasado, tras ocho meses de restauraciones que implicaron un gasto de aproximadamente un millón de dólares.  

Según refieren fuentes locales, Reuveni no es nuevo en lo que a crímenes de odio se refiere: fue hallado sospechoso de un ataque incendiario perpetrado en la basílica de la Dormición, en Jerusalén, y de haber planificado incendiar las mezquitas situadas en los alrededores del puesto de avanzada judío de Baladim, en Cisjordania, en la provincia de Binyam.  

En los últimos años, los extremistas judíos y colonos han atacado diversos objetivos cristianos y musulmanes, siguiendo la lógica del denominado “Price tag”: se trata del “precio” que cristianos y musulmanes deben pagar, según los extremistas israelíes, por haber “sustraído su tierra”. En otra época el fenómeno se había difundido únicamente en las áreas lindantes con Cisjordania y en Jerusalén, pero actualmente se ha extendido en gran parte del territorio.