La Iglesia vietnamita presenta a Taiwan las protestas de las víctimas de la Formosa Plastics

“Al extranjero para hacernos escuchar”. Mons. Paul Nguyên Thai Hop, obispo de la diócesis de Vinh, en visita a Taipei con el Comité de apoyo a las víctimas. Al centro de la protestas están los criterios con los cuales el gobierno vietnamita y Formosa han decidido el importe de las compensaciones. La provincia de Nghệ An excluida del elenco de las cuatro provincias interesadas en las indemnizaciones.


Hanói (AsiaNews)- Mons. Paul Nguyên Thai Hop, obispo de la diócesis de Vinh, (en la provincia centro-septentrional de Nghé An) guio una delegación a Taiwan, donde está la sede de la multinacional de Formosa Plastics Group. El Comité conducido por el prelado presentó los pedidos en apoyo la causa de los pescadores vietnamitas afectados por el desastre marino de abril de 2016, cuya compañía taiwanesa es responsable.

El escape de líquidos tóxicos de una fábrica de acero de la Formosa Plastics Group contaminó más de 200 Km de costa a los largo de Vietnam Central. Los cerca de 12 mil metros cúbicos de veneno desagotados cada día en las aguas del mar han causado la muerte de una 115 toneladas de peces. Más de 40 mil pescadores y los operadores del sector turístico están desde entonces sin trabajo, mientras que la economía de la región está destruida. La empresa responsable del desastre pagó 500 millones de dólares para la bonificación y la compensación de las víctimas, pero el lento e irregular pago de los fondos por parte del gobierno vietnamita suscitó las protestas de los ciudadanos, que continúan organizándose a más de un año de distancia de la tragedia.

En una entrevista concedida a Radio Free Asia, Mons Nguyên cuenta la visita del Comité de apoyo a las víctimas en acciones legales contra la Formosa Group, por los daños ambientales provocados en el curso de los años  en Taiwan. El obispo critica la actitud de “víctima” que la Formosa asumió en su país de origen y denuncia la complicidad del gobierno del gobierno vietnamita, que colabora con la compañía para tratar de disminuir el impacto de las indemnizaciones. Mons. Nguyên recuerda además que muchas veces las autoridades de Hanói han reprimido a los que apoyaban a las víctimas.

El obispo de Vinh explica que hasta hoy el número de las personas indemnizadas supera al de los que aún esperan la indemnización. Sin embargo, en el centro de las protestas de la Iglesia vietnamita hay criterios, no basados en específicos análisis de los daños, con los cuales el estado y la Formosa han decidido el importe de las indemnizaciones. Otro motivo del desacuerdo es la exclusión de Nghệ An del elenco de las cuatro provincias interesadas de las indemnizaciones (Hà Tĩnh, Quảng Bình, Quảng Tri y Thừa Thiên-Huế). “Hemos presentado la cuestión a las autoridades de Nghệ An. – afirma el prelado –  Per fortuna, ellas han reconocido estar en deuda con la población, pero que aún no tienen el dinero para compensarla”. Además, la suma de 500 millones está destinada sólo a cubrir el año 2016. “¿Y para los meses sucesivos?”, pregunta Mons Nguyen.

La iglesia apoya a las poblaciones afectadas y está comprometida en numerosas actividades para defender sus derechos. Los católicos de las provincias centrales de Vietnam, las más afectadas, terminaron en la mira de las autoridades vietnamitas a causa de sus iniciativas de protesta contra el gobierno por la falta de asistencia a las víctimas. En lo que se refiere a la visita a Taiwan, Mons. Nguyen afirma que no recibió indicaciones de parte de sus superiores. “No había órdenes, pero sí siempre un referencia a las doctrinas católicas, en particular a Juan Pablo II. Él nos invita a acompañar a las víctimas y a los pobres. Además, siendo los líderes de la diócesis de Vinh, no podemos sentarnos y estar mirando a la gente a la gente que sufre. Es por esto que fuimos al extranjero para que nos escuchen, esperando obtener ayuda. Además repito, que la Formosa es muy mala, tienen una enorme cantidad de dinero y poder. Deseosos de poder hacer algo por las víctimas, levantamos nuestra voz por la justicia y para hacerles entender a ellos que no están solos”.