Masacres de Bombay de 1993: pena de muerte para dos culpables

Firoz Khan y Tahir Merchant serán ajusticiados. Un tercer detenido, Abu Salem, fue condenado a cadena perpetua. Las explosiones causaron 257 muertos y 713 heridos de gravedad. Las bombas, que fueron colocadas en decenas de objetivos, sacudieron una ciudad que hasta entonces era considerada tranquila. 


Nueva Delhi (AsiaNews/Agencias) – Un tribunal especial de la India dictó dos sentencias de muerte para los responsables de las masacres de Bombay ocurridas en 1993, en las cuales murieron 257 personas y otras 713 resultaron gravemente heridas. Se trata de  Firoz Khan y Tahir Merchant, ambos tras las rejas con la acusación de conspiración criminal y homicidio. Otro culpable, Abu Salem, que había intentado huir a Portugal pero que fue extraditado por las autoridades de Lisboa en 2005 (con la promesa que se salvaría de la ejecución en caso de comprobarse su responsabilidad), fue condenado a cadena perpetua.

La sentencia fue aguardada por años, y se remonta al segundo cauce de investigaciones relacionadas con los atentados que sacudieron la capital de Maharashtra. En total, son siete los presuntos culpables, que fueron arrestados entre 2003 y 2010, y sometidos a un proceso judicial por separado. En el pasado mes de junio, el tribunal especial Terrorist and Disruptive Activity (TADA) de Bombay verificó la culpabilidad de seis de ellos y dispuso su procesamiento. Uno de los  detenidos,  Mustafa Dossa, murió de un paro cardíaco poco después de ingresar a la cárcel. Yakub Memon, a quien se considera como el planificador y financiador de los atentados con explosivos, fue llevado a la horca en el año 2015.

En las explosiones del ’93 se atacaron decenas de objetivos diversos, entre ellos, la Bolsa de Bombay (Bombay Stock Exchange), las oficinas de la compañía aérea de bandera Air India y un hotel de lujo. Los atentados sacudieron una ciudad que hasta entonces era considerada tranquila, pacífica y multiétnica, dando vida a divisiones sectarias.

Si bien el caso jamás llegó a esclarecerse del todo, las bombas fueron vistas como una respuesta musulmana a la demolición de la mezquita de Babri en Ayodhya llevada a cabo por extremistas hindúes en el mes de diciembre de 1992.